La inflación de septiembre cerró en un 3,5%, impactando notablemente en el bolsillo de la clase media. El ministro de Economía, Toto Caputo, logró romper el piso del 4% que había predominado desde mayo, alcanzando un número clave que Sergio Massa había aspirado a conseguir en su campaña presidencial.
El recorte de diez puntos porcentuales al impuesto PAIS para el dólar importador, implementado a principios de mes por el gobierno de Javier Milei, contribuyó a estabilizar algunos rubros, en conjunto con la relativa estabilidad cambiaria.
Entre los sectores más afectados, el área de Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles registró un alza del 7,3%, duplicando el índice general de precios debido a los aumentos en alquileres y tarifas de servicios públicos. Por su parte, el sector de Prendas de vestir experimentó una subida del 6%, impulsada por el cambio de temporada. Educación completó el top tres con un incremento del 4,3%.
Estos aumentos reflejan una presión creciente sobre la clase media y el sector de trabajadores no registrados, según un informe de la Fundación Pro Tejer, agravando la pérdida de poder adquisitivo que viene arrastrándose desde 2015.
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