Envueltas en un panorama incierto, por la incertidumbre que generaron el Decreto de Necesidad y Urgencia con el que inauguró su gestión el presidente Javier Milei, y la posterior ley ómnibus que por estas horas de debate en el Cámara de Diputados, las pequeñas y medianas industrias nacionales advierten por caída en la producción, el consumo y el empleo.
Tras experimentar una contracción de 6,4% en diciembre de 2023, según Orlando J. Ferreres, la producción industrial en Argentina cerró con una caída anual de 1,7%, a partir del fuerte impacto que produjo la sequía, las restricciones a las importaciones y la caída de la actividad económica en general.
La perspectiva para 2024 no mejora según refleja el informe y explica que "el consumo interno permanecerá por lo menos por varios meses en niveles bajos, afectando la demanda agregada, y quedan aún dudas sobre la evolución que tendrán varios sectores industriales en el modelo económico y productivo que impulsa el actual gobierno".
Los 4 elementos "anti-industria"
La tendencia que comenzó a marcarse sobre el final del 2023 tanto con una contracción de la demanda y serios problemas para la provisión de insumos que hicieron mella en los niveles de producción, se consolida en el inicio del nuevo ciclo.
Hacia adelante, "el deterioro de la demanda por la utilización de ingresos como ancla de una pre-estabilización, por un lado, y el aumento de distintos costos (tarifas de energía, impuesto PAIS, depreciación del tipo de cambio) por otro, pone en tensión tanto la producción como el nivel de empleo", advirtió el economista Leandro Mora Alfonsín.
En ese sentido, explicó los cuatro elementos que dan cuenta de este aspecto. En primer lugar, Mora Alfonsín señaló a la "intención" de subir las retenciones industriales de un 2,2% promedio a un 15%. "Si bien fue retirado de la ley ómnibus, se tratará más adelante", explicó.
Luego, apuntó a dos proyectos que son parte del debate parlamentario: el Régimen de Inversiones "pensado solo para la IED, sin sugerir similares beneficios para inversiones locales"; la derogación de la ley de Compre Nacional y Desarrollo de Proveedores.
Por último, cuestionó la "vocación privatizadora" de empresas "clave" para el desarrollo productivo del país, entre ellas, mencionó a Nucleoelectrica Argentina, generadora de energía eléctrica que opera las centrales nucleares de Embalse y Atucha I y II y Dioxitek, una sociedad anónima que fue creada por el Poder Ejecutivo Nacional para garantizar el suministro de dióxido de uranio que se utiliza en la fabricación de los elementos combustibles a las centrales nucleares.
Daniel Rosato, titular de Industrias PyMEs Argentinas (IPA) resumió que el enfoque económico de Luis Caputo hará caer la producción, el consumo y el empleo.
En ese sentido, se refirió a la devaluación del peso con eliminación de controles para importaciones, un dólar más caro para comprar que para vender, falta de financiamiento y pago anticipado al exterior y advirtió por la "posición dominante" de proveedores de insumos difundidos.
"Son varios los temas que se van encadenando a una problemática general", dijo el empresario que dirige una papelera en Berazategui pero se mostró preocupado por la inflación que "ya le comió el 20% del poder adquisitivo a los trabajadores"
Sensibles a la apertura
Aunque el impacto de la política macroeconómica es generalizado, las entidades industriales reconocen que existen actividades con mayor sensibilidad, entre ellas, se destaca la rama textil, calzado, madera, maquinaria agrícola y tecnológica.
Desde el sector sostienen que con la "liberación de importaciones", que impulsa el actual gabinete económico, las condiciones son "más favorables" para traer pares terminados que para los insumos necesarios para fabricar en el país. Esta "asimetría" pone en riesgo más de 55.000 empleos directos en todo el país, advirtieron a Noticias Argentinas.
"La apertura indiscriminada de importaciones puede provocar un grave daño a nuestra industria, en términos de producción, capacidad de mantenimiento y generación de puestos de trabajo, inversiones, participación de mercado frente al importado, entre otros", precisó Laura Barabas, gerente de la Cámara de la Industria del Calzado de Argentina.
A la hora de exportar, el mayor inconveniente radica en la "inestabilidad macroeconómica" del país, que dificulta los contratos a mediano plazo. "Es complejo estimar un precio y mantenerlo, sobre todo aquellos de grandes volúmenes y distancias", explicó.
Aunque expresó su respaldo al programa Cuota Simple, que lanzó recientemente el gobierno para incentivar el consumo interno, destacó que el sector no busca "proteccionismo", sino "herramientas adecuadas para competir en el mercado internacional".
Otra actividad que se mantiene "expectante" es la de bicicletas y motos. "Nos preocupa mucho la caída de ventas mayor al 40% en general", destacó Daniel Tigani, titular de la Cámara de la Industria de Motovehículos, Bicicletas, Rodados, Motopartes y Bicipartes argentinas (Cimbra).
"Creemos que deberán implementarse reglamentos técnicos y medidas antidumping para evitar una apertura indiscriminada", opinó y resaltó que "las empresas locales son muy competitivas, puertas adentro, pero siempre influirá el marco regulatorio y el poder adquisitivo del mercado interno".
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