En tiempos de pandemia, las estafas virtuales tuvieron un crecimiento exponencial. Con casi todo el mundo en red a causa de la cuarentena y las restricciones para la vida laboral y educativa, que obligaron a un cambio de las actividades presenciales por modalidades de conexión a distancia, las denuncias de engaños online acompañaron a ese fenómeno, con creces.
Se trató tal vez de la modalidad delictiva con mayor aumento en el número de casos, tanto que en los gabinetes policiales de ciberdelitos no dieron abasto para contener el aluvión de causas.
A decir de los especialistas, las estafas virtuales son la continuidad -adecuada a la modernidad y los nuevos tiempos tecnológicos- de los llamados “cuentos del tío”, aquellos donde con un simple llamado telefónico alcanzaba para despojar a una persona de sus ahorros o bienes más preciados o cuando actuaban falsos operarios de empresas de servicios, que ingresaban a las propiedades bajo un ardid y, sin que nadie se diera cuenta, desaparecían llevándose algo consigo.
En esas maniobras, no hace falta robar datos, pasar claves, dar pines, pescarte la agenda de contactos o mandar logos falsos para concretar la trampa. Son mucho más artesanales, pero igual de efectivas. Como la que se conoció por estos días en medio de la delicada situación económica que atraviesa nuestro país, sobre todo por la falta de dólares.
Dirigidas a personas de avanzada edad, que confían más en el colchón que en el sistema financiero, hubo comunicaciones anunciando una falsa disposición oficial de que se deben sellar los billetes de moneda extranjera para darle validez y saber cuántos hay en la Argentina.
Sin embargo, la intención es otra bien diferente. Saber si en una determinada vivienda hay ahorros y si es así, si obtienen la confirmación, algo que lamentablemente sucede con más frecuencia de lo que se piensa, por el alto grado de sofisticación que demuestran los embaucadores, el plan sigue adelante y avanza hacia la llegada de un cómplice a buscar el dinero. Hasta se ponen a disposición de la gente para realizar esa gestión de manera desinteresada.
Uno de esos llamados, según pudo saber este diario, se registró recientemente en la localidad de Tolosa. Fue dirigido a la madre de un legislador de la oposición, de quien fuentes policiales no dejaron trascender su nombre.
Pero, por suerte, la mujer no cayó en la trampa. Pero las autoridades piden que se extremen los recaudos, los cuidados y las recomendaciones a las personas mayores para “que no abran la boca” y se dejen arrastrar a una situación que siempre conlleva un cuadro de angustia muy fuerte.
“Ella está convencida de que la llamó un familiar. Por suerte tuvo la lucidez de pedirle a sus seres cercanos que debían hacer lo mismo. Estaba preocupada por ellos. Ahí fue cuando le pudieron explicar de qué se trataba todo, de que era un intento de estafa”, explicó un vocero a este diario.
“Deben manejarse con listado de ANSES, porque están llamando a personas de 80 años o más. Tienen todos sus datos y eso es lo que asusta”, agregó.
RECOMENDACIONES
Es importante aquí destacar que se debe recordar que no hay que compartir información personal en plataformas digitales ni con desconocidos.
También que un empleado de un banco nunca va a llamar o contactarse para solicitar nombre de usuario, contraseñas de homebanking o cajero automático, número de token de seguridad o transferencias de efectivo a cambio de un beneficio.
Tampoco solicitará por correo electrónico, SMS, WhatsApp, teléfono o por redes sociales claves bancarias, número de tarjeta de crédito, tarjeta de coordenadas, número de cuenta bancaria, CBU o alias.
Si se da alguno de esos casos, lo primero que hay que hacer es llamar a un familiar y denunciar el hecho ante la Policía o la Justicia.
En una reciente entrevista, el director de Coordinación de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, Jerónimo Guerrero Iraola, sostuvo que “se está viviendo una transformación social, política y económica que es la cuarta revolución industrial”.
La jubilada que se salvó del ardid de los delincuentes, es la madre de un legislador opositor
Consejos
No hay que compartir información personal en plataformas digitales ni con desconocidos.Tampoco otorgar datos por correo electrónico, SMS, WhatsApp, teléfono o por redes sociales de claves bancarias, número de tarjeta de crédito, tarjeta de coordenadas, número de cuenta bancaria, CBU o alias.
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