
El Banco Central ha tomado una decisión que combina factores políticos, económicos y simbólicos: suspenderá la impresión de billetes en la Casa de Moneda y trasladará el proceso al extranjero. La medida se debe principalmente a razones de costos, ya que fabricar los billetes fuera del país es más económico que hacerlo en el ámbito local.
Según confirmaron fuentes oficiales a Ámbito, el Banco Central rescindió un contrato destinado a la producción de billetes de $1.000 y $2.000, que estaban pendientes de impresión desde 2021. A partir de las 22 horas de este lunes, las máquinas de la Casa de Moneda dejarán de operar, y el personal tomará vacaciones hasta fin de año.
Empresas internacionales, como la China Banknote Printing and Minting Corporation (CBPMC), han mostrado interés en cubrir la demanda de billetes argentinos. Además de compañías chinas, también hay posibles proveedores de Estados Unidos y Europa que buscarían hacerse cargo de la impresión.
En un contexto donde la digitalización avanza y el uso de efectivo disminuye, los bancos centrales de diversos países enfrentan mayor capacidad ociosa en sus máquinas de impresión. En el caso de Argentina, desde el Banco Central consideran que ya existen suficientes billetes de $1.000 y $2.000 en circulación, y en su lugar, se necesitan denominaciones más altas.
Esta decisión impacta de manera significativa a la Casa de Moneda, una institución histórica creada en 1875 durante la presidencia de Nicolás Avellaneda. Aunque el Gobierno ha señalado previamente su intención de cerrar esta entidad, por ahora seguirá operando, centrada en la producción de documentos como pasaportes y patentes de vehículos.
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