El sector textil y de calzado en Argentina ha manifestado su profunda preocupación tras la oficialización del Decreto 908/2024 por parte del Gobierno nacional, que establece una significativa reducción de los aranceles de importación para productos clave en ambas industrias. La medida, que modifica el Listado Nacional de Excepciones al Arancel Externo Común del Mercosur, ha generado alarma entre los actores de la producción local, quienes advierten que esto podría tener consecuencias negativas para el empleo y la inversión en el país.

Entre los productos afectados se destaca el hilado texturizado de poliéster, cuyo arancel pasará del 18% al 6%, a pesar de que existe producción local de este insumo. Esta decisión impactará directamente en unas 10 fábricas nacionales, las cuales emplean a aproximadamente 1,000 trabajadores formales y que en los últimos años han realizado importantes inversiones en tecnología y ampliación de capacidades productivas.

Desde la Fundación ProTejer, entidad que agrupa a las empresas del sector textil, expresaron su preocupación por el futuro de la producción de hilados sintéticos, un segmento que consideran estratégico para el desarrollo industrial del país. Este sector ha sido clave en la incorporación de innovaciones tecnológicas, como los textiles inteligentes con nanotecnología y textiles técnicos con propiedades especiales, áreas en las que Argentina ha buscado posicionarse.

La rebaja arancelaria también afecta gravemente al sector del calzado. El kit de calzado desmontado, que incluye componentes como las capelladas, verá una disminución en los aranceles del 28% al 10%. Los calzados deportivos y otros tipos de calzado desmontado también serán impactados, con una baja del 15% al 10% en sus aranceles. Esta medida golpeará a numerosas cadenas de valor nacionales que emplean a miles de trabajadores y que, al igual que la industria textil, han invertido en mejoras tecnológicas y de producción.

La situación se agrava si se considera que el sector textil, de indumentaria, cuero y calzado ya ha enfrentado dificultades en los últimos años. Según cifras oficiales, entre julio de 2023 y julio de 2024, se perdieron alrededor de 8,300 empleos formales, lo que representa el 27% de la pérdida total de empleo industrial en el país. Las nuevas rebajas arancelarias podrían profundizar esta crisis, amenazando con la destrucción de capacidades productivas que han llevado años desarrollar.

Desde la Fundación ProTejer, cuestionaron el diagnóstico que llevó a implementar esta medida, señalando que el problema del "costo argentino" no radica en la ineficiencia dentro de las fábricas, sino en la competitividad sistémica. Esta última está influenciada por factores como la alta presión tributaria, la falta de financiamiento adecuado y las deficiencias logísticas y de infraestructura.

En cuanto al impacto en los precios, estudios preliminares compartidos por la Fundación sugieren que la rebaja arancelaria no tendría un efecto significativo en el costo final de los productos. Se estima que la reducción solo disminuiría el precio de la ropa en un 0,1%, lo que se considera insignificante en comparación con la posible pérdida de empleo y la menor recaudación fiscal. Actualmente, los impuestos nacionales, provinciales y municipales representan alrededor del 50% del precio de las prendas, lo que plantea que un alivio fiscal sería una alternativa más efectiva para bajar los costos y preservar el empleo.

En un contexto económico difícil, con creciente pobreza y desempleo, los representantes de la industria enfatizaron la necesidad de proteger la producción nacional. Desde la Fundación ProTejer, afirmaron que mantener las capacidades productivas y el empleo en los sectores de hilados sintéticos y calzado es fundamental para la soberanía industrial y la innovación tecnológica del país. "Priorizar el empleo federal, las inversiones tecnológicas y el desarrollo de la industria nacional en segmentos clave para la soberanía y la innovación es esencial", remarcaron.