José Sebastián Cortés Toranzo es el principal y único acusado que tiene el femicidio de la Dra. María Alejandra Accetti, y esta mañana, en la primera jornada del juicio en su contra que tuvo lugar en los tribunales de Río Grande, rompió el silencio ante las preguntas de los magistrados y aseguró: “yo no estuve ahí. No estuve en el hecho. Estaba en Río Grande cambiando el parabrisas de mi auto. No sé quién fue, no sé cómo ocurrió eso. Que yo sepa no tenía ningún enemigo”.
Consultado sobre qué rutina de vida tenían con la Dra. Accetti, comentó que “nos levantábamos, les dábamos de comer a los animales, cuando estaba en su trabajo en el Centro Asistencial también he ido. Ella hacía cinco años que no iba a trabajar por el accidente laboral que tenía. Iba al Centro Asistencial donde se cayó y se fracturó por lo cual no iba a trabajar así que viajábamos seguido a Ushuaia por el tratamiento. Vivíamos del sueldo y de la granja”.
“El lunes 19 a las siete de la mañana fue la última vez que vi a Alejandra con vida. Yo me pegué un baño para viajar a Río Grande a cambiar el parabrisas, ella me preparó la ropa, tomamos unos mates y se volvió a acostar y viajé con el perro para que no moleste. Yo la dejé bien y lo que sí ella no quería viajar a Río Grande porque el vehículo no estaba en buenas condiciones y por si no llegábamos a volver, teníamos que darle de comer a los animales. Cuando regresé, iba a bajar las bolsas de alimento, prendí las luces del pasillo, y ahí la encontré en el piso. Pensé que se había caído porque tenía el problema en la cervical y de vez en cuando se mareaba. Salí a avisarle al vecino para que me ayude porque no pensé que estaba muerta. El vecino llamó rápidamente a la ambulancia y ayudarme para no moverla donde estaba. Yo le pedí que llame a la ambulancia porque me olvidé el teléfono en el auto, estaba nervioso. Ese día le mandé mensaje cuando llegué a Río Grande para que sepa que esté todo bien y no me contestaba, hablé con mi madre después, y cuando regresaba para Tolhuin, le volví a mandar mensaje a Alejandra. Como no me contestaba, me causó preocupación y por eso justamente le pedí al señor del parabrisas si me lo podía entregar antes”.
“Alejandra se relacionaba con una señora que es contable para el Municipio y con otro matrimonio con quienes compartíamos seguido. No tenía ningún problema. Sí sabía que le mandaba plata a la madre, pero no por cuenta bancaria, sino una amiga que se la llevaba a Jujuy en persona, pero nunca la conocí. Ese domingo estuve todo el día con ella y no tuvimos nunca episodios de violencia anteriores”.
“Ella estaba bajo tratamiento psiquiátrico y tomaba clonazepam, ibuprofeno y no recuerdo qué más. Consumíamos marihuana una vez a la semana. Ese sábado consumimos cerveza, y al llegar al domicilio, un cigarrillo de marihuana. Ella estaba tirada boca abajo cuando llegué, al final del pasillo, vestida con un pulóver rojo y un chaleco. No le vi ninguna lesión, en ningún lado, porque entré y salí rápido a avisarle al vecino porque no quería mover nada”.
“El domingo nos levantamos, tomamos unos mates, ella se quedó en cama, yo salí a darle de comer a los animales, después comimos algo, tocamos la guitarra, vimos unas películas, un poco de lectura y nada más”.
Por último, fue consultado si el propio Toranzo tenía algún moretón y confirmó que “yo tenía un moretón arriba de los nudillos porque la semana pasada estaba arreglando el caliper y se me cayó”.
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