El proyecto humanitario tenía como objetivo identificar a los caídos argentinos cuyas cruces, en el cementerio de Darwin, llevaban la placa “Soldado argentino solo conocido por Dios”
En un nuevo capítulo de las tensiones diplomáticas con el Reino Unido, el gobierno de Rishi Sunak dilata la tercera fase del operativo humanitario que empezó a ejecutarse en 2017 para identificar a los soldados caídos durante la guerra de Malvinas que fueron enterrados como “soldado argentino sólo conocido por Dios”. Estaba previsto que el plan, que se inició en la isla Soledad con la cooperación de la Cruz Roja Internacional y permitió reconocer a 121 combatientes, continuara este año en la isla Borbón, pero desde el Gobierno admiten que no hay fecha ni perspectivas de que se retome.
En la semana del 41 aniversario del Día del Veterano, desde la Cancillería que comanda Santiago Cafiero reconocieron, en diálogo con Infobae, que la tercera etapa del Plan Proyecto Humanitario Malvinas (PPH) “viene dilatada por la reticencia británica”. Pero negaron que ese rechazo se deba a la decisión de dejar sin efecto el acuerdo Foradori-Duncan “porque va por la vía del derecho internacional humanitario”.
Se refirieron así a la determinación de Alberto Fernández, oficializada en marzo, de cancelar la declaración de intenciones de 2016, que entregaba concesiones a los intereses del Reino Unido respecto de la explotación de los recursos naturales en las Islas Malvinas.
Cafiero comunicó la decisión durante la Cumbre del G20 que se realizó en India y argumentó que el acuerdo diplomático, que había sido suscripto en la administración del ex presidente Mauricio Macri, era lesivo para los intereses nacionales. También pidió a los británicos una reunión en las Naciones Unidas para discutir la soberanía sobre las islas.
El entendimiento había sido firmado por los entonces vicecancilleres de los dos países, el argentino Carlos Foradori y el británico Alan Duncan, quienes rubricaron una declaración conjunta en la que se buscaba mejorar la relación bilateral y “remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas”, entre otros aspectos diplomáticos. Había sido rechazado desde un primer momento por los referentes del Frente de Todos, cuando eran oposición, porque entendían que realizaba concesiones a los intereses británicos respecto de la explotación de los recursos naturales argentinos en la región y retrocedía notablemente en el reclamo por la soberanía.
Cafiero le planteó el tema a su homólogo británico James Cleverly durante una reunión durante la cumbre en Nueva Delhi. La notificación fue verbal y por escrito, informaron entonces desde el Ministerio de Relaciones Exteriores. En ese momento, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, había dicho: “Esta decisión se enmarca en la política de Estado sobre la cuestión Malvinas y referido a las resoluciones de Naciones Unidas. Se deja definitivamente atrás una etapa oscura marcada por un vergonzoso pacto de entrega de soberanía”.
Los trabajos para la identificación de los soldados argentinos caídos en la guerra de 1982 se iniciaron en 2017, durante el macrismo, pero la iniciativa había sido promovida en el último mandato de Cristina Kirchner en 2012. Uno de los pasos más relevantes tuvo lugar en diciembre de 2016, cuando los gobiernos de Argentina y Reino Unido le confiaron Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la exhumación e identificación de 121 soldados argentinos sepultados en el cementerio de Darwin en las Islas Malvinas bajo lápidas que rezaban “Soldado Argentino Sólo Conocido por Dios”.
En el proceso diplomático para que el PPH se concretara trabajaron los integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense; el ex combatiente Julio Aro quien fue el promotor de la identificación; la periodista y directora editorial de Infobae, Gabriela Cociffi, que durante años hicieron gestiones entre familiares de caídos y el Estado para lograr la identificación; y el trabajo del coronel británico Geoffrey Cardozo, quien tuvo a su cargo en 1982 recoger los cuerpos de los soldados argentinos en los campos de batalla y darles una honorífica sepultura. La tarea se logró también con el apoyo de la Comisión de Familiares de Caídos en Islas Malvinas y del Atlántico Sur, representada por María Fernanda Araujo. Y por las gestiones de los -entonces- embajadores de Gran Bretaña, Mark Kent y el argentino Carlos Sersale di Cerisano.
El Plan de Proyecto Humanitario (PPH) comenzó a ejecutarse con la idea de que estuviera compuesto por tres fases. Hasta ahora se ejecutaron dos, entre 2017-2021, y se logró la identificación de 121 soldados. La tercera iba a iniciarse en diciembre pasado, pero se postergó. La tumba que queda sin identificar es la fosa común de los cinco integrantes del Lear Jet que fue derribado el 7 de junio de 1982 mientras cumplía una arriesgada misión sobre la isla Borbón. Y ahora Gran Bretaña decidió suspenderla hasta nuevo aviso. El ex secretario de Derechos Humanos de Mauricio Macri, Claudio Avruj, que participó activamente de las dos primeras etapas, atribuyó la dilación al Gobierno: “Era muy probable que el maltrato y la serie de desplantes llevaran al Reino Unido a tomar esta resolución. Sería una gran pena, porque al final resultan damnificados los familiares de los héroes de Malvinas y toda la sociedad argentina”.
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