El aumento de los impuestos a los combustibles es una vía rápida que tiene el Gobierno para compensar parte de la recaudación que dejaría de obtener por la baja del paquete fiscal del proyecto de "ley ómnibus", y podría aplicarlo a partir de este jueves.
Las sucesivas postergaciones se justificaron en evitar un incremento mayor de los precios de la nafta y el gasoil para los consumidores, lo que privó al Estado de recaudar solamente el año pasado el equivalente en pesos a unos 2800 millones de dólares, o cerca del 0,4% del Producto Interno Bruto (PIB).
Impuestos a los combustibles: recaudación y aumentos
En medio de la reciente campaña electoral, el Gobierno anterior difirió mediante el Decreto 567/2023 hasta febrero de 2024 esa actualización. De cumplir con la normativa, en noviembre pasado los impuestos debieron haber subido un 254% y en diciembre el 34,7% pendiente del tercer trimestre del año pasado, según los números de la consultora Economía & Energía.
En total, la actualización pendiente para el mes que viene es de 377%, y en marzo debería trasladarse otro 53,2% extra por la inflación de octubre a diciembre 2023.
El impuesto recauda 0,4% del PIB y podría duplicarlo si se actualiza
Medido en pesos, se trata de un alza de $ 82 por litro de nafta y de $ 60 por litro de gasoil, de acuerdo a los cálculos de la economista Patricia Charvay, de E&E. Para el caso de la nafta súper que vende YPF en la Ciudad de Buenos Aires (el lugar más barato, con excepción de la Patagonia, en donde están exentos de esos impuestos), el incremento de los tributos significaría un 12% del precio ($ 699) si se aplicara todo junto, mientras que para el gasoil grado 2, un aumento del 8%. Proporcionalmente, en el resto del país el impacto será inferior.
El ex ministro de Economía Nicolás Dujovne apuntó que hoy el Estado recauda 0,4% del PIB por año con los impuestos a los combustibles, mientras que en el pico el aporte fue de 1 punto. Actualmente, la incidencia es de apenas el 3% sobre el precio en el surtidor.
Pese a las recientes subas de la nafta y el gasoil, que acumularon 181% desde las elecciones presidenciales de octubre, las empresas señalan que todavía existe un atraso cercano al 15-20% en los productos grado 2 (súper, no premium), que consideran que debería estar en torno a 1 dólar oficial.En diciembre empezó a caer el consumo en las estaciones de servicio. Según los estacioneros fue un 10%, pero los datos de la Secretaría de Energía muestran un descenso de 1%; YPF le comió mercado al resto por los precios de lista más económicos.
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