
El auge del comercio online internacional, impulsado por las nuevas medidas del Gobierno que facilitan las compras al exterior, desbordó por completo la capacidad operativa del Correo Argentino. Con el sistema de envíos internacionales saturado y fallas constantes en la web oficial, crece el enojo entre los usuarios que no logran acceder a sus paquetes ni gestionar sus trámites.
La web del Correo lleva varios días con interrupciones que impiden completar la declaración jurada obligatoria para recibir compras desde otros países. Este fallo afecta directamente a quienes realizaron pedidos bajo el régimen puerta a puerta, muchos de los cuales se encuentran varados en depósitos sin poder ser entregados.
La frustración de los usuarios se refleja en las redes sociales, donde cientos de personas expresan su bronca. Denuncian que el sitio no carga, que el seguimiento de envíos no funciona y que, en muchos casos, reciben notificaciones falsas alegando que “el domicilio estaba cerrado”, aun cuando se encontraban en sus casas esperando la entrega.
Micaela Leguizamón, desde Rosario, compartió su experiencia con un paquete que lleva nueve días sin moverse del centro logístico. Ángeles Fredes y Abigail Luna fueron aún más directas en sus críticas, publicando mensajes cargados de indignación por la falta de respuestas. El enojo también se refleja en plataformas como tuQuejaSuma, donde usuarios denuncian prácticas habituales como dejar avisos de visita sin siquiera tocar el timbre.
Desde Correo Argentino, la respuesta fue escueta. Emitieron un comunicado reconociendo problemas técnicos en el sitio de envíos internacionales y prometieron resolverlos “a la brevedad”. También solicitaron que los reclamos se canalicen por mensaje privado y no se difundan públicamente. Pero la falta de soluciones concretas alimenta el malestar.
El colapso del servicio se produce justo cuando las compras online desde el exterior viven un verdadero boom, luego de que el Gobierno flexibilizara el régimen de importaciones para particulares. Las nuevas condiciones eliminan aranceles para envíos de hasta 400 dólares, y permiten adquirir productos por hasta 3.000 dólares, con un límite de 50 kilos por bulto. Además, se ampliaron las compras posibles de 5 a 12 envíos por año.
Sin embargo, la infraestructura logística no acompañó el cambio. Las encomiendas se acumulan en los centros de distribución y los usuarios —que aprovecharon los nuevos beneficios para evitar los altos precios locales— se topan con un sistema ineficiente y desbordado.
La situación no es nueva. A fines de 2023, ya se habían reportado problemas similares, con usuarios grabando a carteros dejando avisos sin intentar entregar los paquetes. Este tipo de denuncias fueron amplificadas por figuras del espacio libertario en redes sociales, lo que generó presión sobre el Gobierno para avanzar con la desregulación del servicio postal.
En ese marco, el vocero presidencial, Manuel Adorni, había anunciado en noviembre que se trabajarían medidas para fomentar la competencia, mejorar la digitalización y brindar mayor seguridad en la logística nacional. Pero hasta ahora, los resultados parecen estar lejos de las expectativas.
En palabras del especialista en comercio exterior Gabriel Salomón, el problema excede la normativa: “El nuevo régimen es una oportunidad, pero necesita una logística profesional detrás. Si no hay capacidad de respuesta, el sistema termina siendo una traba más que una solución”.
Por el momento, miles de paquetes siguen sin ser entregados y la incertidumbre sobre cuándo llegará cada compra se convierte en el denominador común de una experiencia de consumo que, para muchos argentinos, prometía ser más rápida y económica.
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