El Gobierno nacional ultima los detalles para anunciar la adquisición de 25 aviones supersónicos F16 Fighting Falcon de origen norteamericano.
La operación, a cargo del ministro de Defensa, Luis Petri, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de Dinamarca, Xavier Isaac, (país que hoy los posee) demandará una inversión de u$s 690 millones.
En primera instancia se avanzaría con la incorporación de 16 unidades de una plaza para luego, continuar con otras 6 bi-plazas. Además, se negocia por una aeronave más.
¿Cómo son los aviones militares supersónicos que el Gobierno quiere incorporar a la flota argentina?
Pese a que estas naves tienen su origen en los años 70, aún se utilizan en combates contemporáneos como la Guerra entre Ucrania y Rusia.
Para las fuerzas aéreas norteamericanas, disponen de una exitosa maniobrabilidad, además de un radio de movimiento "superior".
"Puede localizar objetivos en todas las condiciones climáticas y detectar aviones que vuelan a baja altura en el radar del terreno", señaló la Defensa de Estados unidos en su portal. "Lanzar sus armas con una precisión superior, defenderse contra aviones enemigos y regresar a su punto de partida", sumó.
Por su parte, la empresa General Dynamics, encargada de la comercialización, destacó la ligereza: "Con una carga completa de combustible interno, el F-16 puede soportar hasta nueve veces la fuerza de gravedad"
Respecto a los dispositivos electrónicos, los Fighting Falcon incluyen sistemas de navegación inercial y posicionamiento global mejorados de "alta precisión".
Otras características son sus mecanismos de advertencia y cápsulas de contramedidas modulares que se usan contra amenazas electrónicas aéreas o de superficie.
Fighting Falcon 16: ¿Cómo son por adentro los aviones supersónicos que incorporará la fuerza argentina?
El modelo que prevé ser incorporado por Argentina surgió como un monoplaza hace casi 50 años. Hoy se comercializa como aviónica y aerodinámica "avanzadas".
"La cabina y su cubierta de burbujas le dan al piloto una visión sin obstáculos hacia adelante y hacia arriba con una panorámica muy mejorada hacia los lados y atrás", explicó la Fuerza de Estados Unidos.
Tanto los plaza como los bi-plazas cuentan con "una arquitectura de sistemas que permiten la expansión de la flexibilidad para realizar ataques de precisión nocturnos y misiones de intercepción".
"Detenta de la última tecnología respecto a visualización y control de cabina. El ángulo del respaldo se amplió de los habituales 13 a los 30 grados, aumentando la comodidad del piloto y la tolerancia a la fuerza de gravedad. Así se le otorga un excelente control (de la nave)".
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