De acuerdo a la página del Ministerio de Economía, se incrementó la tasa nominal anual (TNA) del programa a 77,35%. La actualización se dio a partir de la última suba de la tasa de política monetaria, en 1000 puntos básicos, pasando de 81% a 91%.
Guillermo Siro es presidente de la Confederación Económica de la provincia de Buenos Aires (CEPBA). Dentro de su sector comercial, la manufactura de cuero, el 70 por ciento de las ventas se realizan en cuotas. Concordó en que “Ahora 3” es el seleccionado por los clientes, quienes, en su experiencia, suelen cuotificar el gasto a partir de los $3.000. Sin embargo, entiende que los clientes no eligen un mayor plazo de financiación porque “los bancos no han estado a la altura de las circunstancias y no han ampliado el límite de compra”. “Muchas veces, surge la leyenda saldo insuficiente para esta operación. Entonces, realmente se complica”, relató el titular de la organización.
La actualización del límite mayormente se realiza de manera automática, contemplando nivel de ingresos, historial de pago y posicionamiento en el sistema financiero. En otros casos, explican desde el sector bancario, se aguarda a la solicitud del cliente, con una preaprobación correspondiente. El común denominador es que tiene que comprobarse un aumento de la remuneración. Por la realidad heterogénea que presenta el mercado de trabajo, eso no siempre sucede. Igualmente, un especialista en finanzas, que habla desde el anonimato, admitió que aumentar el límite de la tarjeta “no es viable si las tasas del programa son negativas, porque no es negocio para los bancos.”
Distinta es la realidad de Norberto Fermani, presidente de la Cámara Argentina de Industrias Ópticas (CADIOA). ”El tema de las cuotas en este rubro, prácticamente se murió”, sentenció el profesional. Según un relevamiento propio entre colegas, en doce cuotas “casi que no se vende nada”, por más que el recargo sea del 50% -por debajo de la inflación-. Sí en tres, pero con el interés que los comercios determinaron, del 10%. “Bajó mucho el uso de cuotas desde que pusimos intereses, pero si no utilizamos este método de financiación, hay productos que no se pueden comprar. O bien se hacen descuentos en efectivo”, indicó Fermani. Sobre este punto, el economista Aldo Abram, de la fundación Libertad y Progreso, hizo una advertencia: “generalmente, cuando hay un descuento por pago de contado, es porque hay un recargo extra escondido en las cuotas”.
Por último, y contrariamente a lo que plantea el Índice Prisma, Mauro González, presidente de la Confederación Federal Pyme, señala una tendencia a dejar de utilizar la tarjeta, porque los consumidores “quedaron presos de los intereses por refinanciación que cobran los bancos a través del pago mínimo”. El propio relevamiento del organismo no varía de la apreciación general: aproximadamente el 60% de las operaciones se realizan en tarjeta de crédito, mayormente en tres cuotas “sin interés, aunque financiadas por sus comerciantes.”
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