El BCRA busca que los bancos acepten todos los dólares que los ahorristas pueden llevar a las entidades y por eso les ofrecerá hasta diciembre próximo la opción de recibir billetes en mal estado en la autoridad monetaria y enviarlos a la Reserva Federal de Estados Unidos para allí cambiarlos por nuevos.
La decisión fue adoptada en la Comunicación A8079 y representa una solución para muchos ahorristas.
Es que si bien para la Reserva Federal los dólares en billete emitidos después de 1914 y en cualquier estado de conservación mantienen su curso legal, mientras mantengan más de la mitad del papel, algunos bancos argentinos no aceptan a sus depositantes billetes dañados o los famosos “cara chica”.
El Central ahora les permitirá a las entidades “depositar” estos billetes en el BCRA para luego enviarlos a la Reserva Federal y realizar el canje.
Lo relevante es que esto no tendrá un costo extra para los bancos argentinos, que ya usan “el servicio” de importación de billetes del BCRA.
La comunicación del Central dispuso que este “beneficio” para las entidades financieras estará disponible hasta fin de año.
Además, detalló en qué condiciones los bancos no podrán aceptar los billetes estadounidenses en mal estado: “Son aquellos que han sido dañados en la medida en que quede la mitad o menos del billete, o su condición es tal que su valor es cuestionable. Por ejemplo: billetes quemados o dañados por líquidos que no pueden manejarse sin comprometer su integridad”, explicó.
Aunque las entidades no están obligadas a aceptar estos dólares deteriorados a partir de esta medida, que es optativa para los bancos, en el Gobierno estiman que buena parte comenzará a hacerlo para “renovar” su plaza de billetes.
La medida del BCRA puede apuntalar además primera etapa del blanqueo que apunta a pequeños ahorristas y que permite sincerar la tenencia de hasta US$ 100.000 y depositarlos en cuentas bancarias especiales sin costo alguno, si se realiza hasta el 30 de septiembre próximo.
Según cálculos del INDEC, hay en el país más de US$ 200.000 millones de dólares “bajo el colchón”: ya sea depositados en cajas de seguridad o escondidos en distintos lugares.
La apuesta del Gobierno es que parte de esos dólares “reingresen” al sistema financiero formal.
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