Sin embargo, hay dos tributos que destacan en este escenario. Por un lado, el Impuesto a los Ingresos Brutos se erige como un recaudador incansable, aplicando una retención aproximada del 2,5%. Por otro lado, el Impuesto al Cheque entra en escena con su porcentaje del 0,6%, insaciable en su búsqueda de contribuciones.
¿Qué impuesto se paga por transferencia bancaria?
El acto de transferir dinero entre cuentas bancarias no está exento de límites, más allá de las cifras de la cuenta de origen.
En Argentina, el Banco Central establece límites tanto para transacciones por cajeros automáticos como para operaciones a través de HomeBanking.
En la primera categoría, el máximo permitido es de $125.000, mientras que en la segunda, se eleva a $250.000. Sin embargo, existe un margen para superar estos topes mediante la notificación previa al banco.
Este método alternativo, conocido como la notificación previa, involucra informar con antelación al banco sobre la transferencia, junto con detalles como la fecha y el monto aproximado. Aunque esta estrategia es común en transacciones de alto valor, algunos bancos pueden conceder límites diarios más amplios, como el Santander, que permite transferencias de hasta $3.500.000.
Adicionalmente, es crucial discernir que los límites se aplican principalmente a las cantidades que se reciben, y no a las que se envían.
Además, es pertinente señalar que, por lo general, la responsabilidad de pagar impuestos recae en el beneficiario de la transferencia, por lo que el motivo seleccionado suele funcionar simplemente como una referencia para dicho beneficiario.
En cuanto a los conceptos que pueden utilizarse, la variedad dependerá de la institución financiera, ya que es el banco el responsable de establecer las opciones para "especificar" una transferencia de fondos.
No todas las transacciones de plata pagan impuestos. Cuando recibas una transferencia, es importante tener en cuenta que vas a pagar los impuestos correspondientes según el origen de la transacción y tu condición fiscal.
Mientras que, por ejemplo, no se pagan impuestos para las transferencias que realicen usuarios finales de servicios financieros, tampoco si la misma persona humana o jurídica es la que envía y recibe la transferencia o si se realiza la operación desde o hacia cuentas a la vista de uso judicial.
Sin embargo, es fundamental resaltar que el propósito o la naturaleza de la transferencia pueden influir en las implicaciones fiscales para el beneficiario. Por ejemplo, en determinadas jurisdicciones, las transferencias de dinero que se consideran ingresos pueden estar sujetas a impuestos sobre la renta.
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