Los aviones partían también del Aeródromo Militar Campo de Mayo. Sin embargo, la estrategia era similar en todos los centros en los que se llevaba a cabo esta práctica sistemática, con el único objetivo de eliminar las pruebas materiales de los delitos de lesa humanidad cometidos y borrar las marcas del terrorismo de Estado.
Las corrientes hicieron que algunos de los cuerpos de las víctimas aparecieran en las costas argentinas y uruguayas y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) pudo identificarlos varios años después. Entre ellos, se encuentran los cadáveres de las tres mujeres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo: Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, cuyos cuerpos aparecieron en las costas de la Provincia de Buenos Aires en 1977, pero recién en el año 2005 pudieron ser identificadas.
El próximo 6 de septiembre se estrenará en la Buenos Aires el documental Traslados, una obra que explora uno de los métodos de exterminio más oscuros de la última dictadura argentina: los vuelos de la muerte. Se exhibirá durante dos semanas en el Cine Arte Cacodelphia, ubicado en Avenida Presidente Roque Sáenz Peña 1150, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los vuelos de la muerte
Se trató de una de las metodologías más brutales que se realizaron en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), debido a la necesidad de ocultar los delitos perpetrados. Este lugar, hoy llamado Espacio de la Memoria y Derechos Humanos, fue durante ese período uno de los centros clandestinos de detención más importantes, ya que mientras torturaban personas, a pocos metros, las altas jerarquías de la Armada disfrutaban de un lugar para el esparcimiento y descanso.
A 40 años de la vuelta de la democracia, “Traslados” reconstruye lo vivido, fomentando la memoria de una herida que aún sigue abierta
De acuerdo con los datos que se pudieron recolectar, se sabe que las personas secuestradas eran trasladadas desde sus lugares de reclusión y que se les aplicaba un tranquilizante que los adormecía. En ese estado, eran llevados durante la madrugada hasta Aeroparque o a otras bases militares y subidos a diferentes aeronaves, desde donde los arrojaban al Río de La Plata o al mar. Algunas personas fueron asesinadas antes de subir y otras fueron lanzadas aún con vida al agua.
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