El presidente Javier Milei reafirmó este martes 26 de noviembre su compromiso con la mano dura contra la delincuencia y el respaldo incondicional a las fuerzas de seguridad. Durante un acto en el Salón Blanco de la Casa Rosada, donde entregó sables y despachos a las Fuerzas Armadas, el mandatario lanzó fuertes declaraciones y presentó medidas que apuntan a endurecer las normativas en el sistema penitenciario.

Entre los anuncios más destacados, Milei confirmó la prohibición de que los presos soliciten el cambio de género mientras cumplen condena. “Esta estupidez se termina”, expresó tajantemente, argumentando que estas solicitudes han sido utilizadas para buscar traslados a penales de mujeres o para aprovechar condiciones más laxas. Además, anunció que impulsará una iniciativa para que los sistemas penitenciarios provinciales puedan adherirse a esta normativa.

El mandatario también criticó casos como el de “Guille” Cantero, líder de la banda de narcotraficantes Los Monos, quien se declaró bisexual y poliamoroso, según Milei, para ampliar su lista de contactos cercanos en prisión. “En un país cuyos valores han sido profundamente trastocados, se permite semejante barbaridad. Vamos a prohibirlo”, sentenció.

Por otro lado, el presidente destacó los pilares de su gestión: “el que las hace las paga”, el orden público y el respaldo a las fuerzas de seguridad. “Los buenos son los de azul, los malos son los delincuentes. Son esos principios los que diferencian a la civilización de la barbarie”, señaló, al tiempo que celebró los resultados obtenidos en el primer año de gestión de la ministra Patricia Bullrich, a quien pidió un aplauso en reconocimiento.

Milei enfatizó que el cambio de paradigma que propone su gobierno tiene como protagonistas a las fuerzas de seguridad. “Ellos serán los responsables de restablecer el orden. Las leyes existen para separar a los hombres de las bestias, y están para cumplirse. Vamos a respaldar a nuestras fuerzas todas las veces que sea necesario”, concluyó con firmeza.

De esta manera, el gobierno refuerza su postura de endurecer las políticas de seguridad y garantizar un mayor control en los penales, asegurando que las víctimas del delito no sean deshonradas por las fallas del sistema.