
El sector de estaciones de servicio atraviesa una situación crítica: la demanda de combustibles lleva más de un año en retroceso y no muestra señales de recuperación. Según datos oficiales de la Secretaría de Energía, las ventas en febrero volvieron a caer casi un 4% respecto al mes anterior, lo que se suma a una tendencia negativa que ya lleva 15 meses consecutivos.
En este contexto, empresarios del rubro anticipan que el próximo mes llegará con una nueva suba en los precios. Se estima que el aumento rondará el 2%, lo que llevará al litro de nafta súper a acercarse a los $1.200. El gasoil, en sus versiones más económicas, se ubicaría en torno a los $1.215, mientras que las variantes premium podrían alcanzar los $1.480.
Raúl Castellano, presidente de la Cámara de Empresarios de Combustibles (CEC), explicó que esta actualización sigue el ritmo de la inflación y la carga impositiva, factores que impactan directamente en el precio final que paga el consumidor. “Todavía no hay confirmación oficial por parte de las petroleras, pero en el sector se descuenta que el incremento será similar al de meses anteriores”, afirmó.
La situación genera preocupación entre los dueños de estaciones de servicio, quienes advierten que la caída en los volúmenes vendidos también arrastra una fuerte pérdida de rentabilidad. “Estamos vendiendo incluso por debajo de los niveles de 2023, que ya fue un año malo para nosotros”, indicó Castellano.
Mientras tanto, el mapa del mercado continúa liderado por YPF, que mantiene casi el 55% de participación, seguida por Raizen-Shell (23,2%), Axion (13,2%) y Puma (6%). Esta última fue la única que logró un leve crecimiento en sus ventas durante febrero, según un informe de la plataforma El Estacionero, vinculada a la CEC.
Otro tema que todavía no logra despegar es el del autoexpendio de combustibles, recientemente aprobado por el Gobierno. Castellano señaló que la medida “sigue sin implementarse masivamente” y que solo un par de estaciones han probado el sistema. “Faltan definiciones sobre los costos, los beneficios y el impacto en los puestos de trabajo. Por ahora, es más una promesa que una realidad”, concluyó.
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