Tras sufrir un cuadro de gastritis erosiva con sangrado, Alberto Fernández habló este miércoles de su estado de salud y advirtió que los médicos le pidieron "que pare un poco".
Mientras participa de la cumbre del G-20 en Indonesia, el mandatario advirtió que "fue un mal momento" a partir de un problema que arrastra "hace muchos años".
"No se había manifestado en esa forma que el estómago con sangre. Me hizo bajar la presión muchísimo y me obligó a hacer un estudio en el estómago para ver si el sangrado había parado", precisó.
El mandatario insistió que esa indisposición "fue un mal momento" que lo obligó a restringir "la agenda". Por eso es que su única actividad de la agenda este miércoles fue la reunión con la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.
"El estrés y los nervios tienen que ver y los médicos me pidieron que pare un poco y acoté todo lo que pude", precisó el Presidente en declaraciones a Radio 10.
Fernández intentó, además, llevar tranquilidad sobre su estado actual y sostuvo que a su regreso al país le harán "estudios más cuidadosos, pero la recuperación rápida es un dato tranquilizador".
Los médicos del Presidente le diagnosticaron en Bali "una gastritis erosiva con signos de sangrado".
Después de los primeros estudios se confirmó que el mandatario había sido trasladado en una ambulancia al Sanglah General Hospital. Allí le hicieron estudios y le dieron suero.
Como informó Clarín, hubo una definición que surgió de la comitiva y no está escrita en el parte que inquieta: “Fue un episodio complicado. Sangró mucho y eso le provocó la descompensación”.
Fernández se descompensó en el centro de convenciones ubicado en el Hotel The Apurva Kempinski, minutos antes de dar su discurso y, por recomendación de los médicos, salió para hacerse estudios.
Compartinos tu opinión