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Política

Ley TOAS Reclaman reconocimiento como veteranos de guerra

Alberto Noal, quien se encontraba cumpliendo con el servicio militar obligatorio en el año 1982, relató su experiencia durante la guerra de Malvinas y comentó las razones por las cuales es parte del reclamo que se lleva adelante para que se reconozca a quienes estuvieron en el TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur), durante el conflicto bélico. Comentó que “hace 39 años, cuando se desarrolló la guerra del Atlántico Sur por Malvinas, el gobierno militar estableció como Teatro de Operaciones del Atlántico Sur la zona de despliegue militar completa”.

“Luego de la operación Rosario, que fue la que desembarcó y tomó Malvinas, se desplegaron militares en todo el litoral marítimo patagónico y en las islas Georgias, Sandwich del Sur y Malvinas. Cuando los británicos llegaron, los primeros caídos en combate fueron quienes iban en un helicóptero, en la zona comprendida entre Caleta Olivia y Comodoro Rivadavia, que había salido del Liceo Militar General Roca, con nueve efectivos abordo, entre ellos un teniente coronel, soldados conscriptos, un sargento y un suboficial mayor. Ellos fueron los primeros caídos en combate, porque los bajaron con un misil desde un submarino británico”, remarcó Noal, indicando que precisamente las primeras bajas no se dieron en el Teatro de Operaciones Malvinas.

En el mismo sentido relato que “el conflicto se desarrolló en todo el teatro de operaciones del Atlántico Sur, de hecho todos los ataques a la flota británica se produjeron desde las bases aéreas militares que estaban en la Patagonia; entre ellas Trelew, San Julián, Río Gallegos y Río Grande. Después había otras bases que hacían el aprovisionamiento de pertrechos, víveres y tropa a las Islas, que eran Comodoro Rivadavia, Trelew, Río Gallegos y Río Grande”, puntualizó.

Indicando que “también hubo intentos de las fuerzas británicas por desactivar esas bases aéreas militares, porque la Patagonia funcionaba como un gran portaaviones”, remarcó Noal. Luego comentó que, por ese mismo motivo, "como eso lo sabían los británicos, la intención era destruir esas bases y en el caso de los aviones de combate destruir los aviones, los misiles, las bombas y matar a los pilotos, no solamente destruir las pistas”.

Alberto Noal comentó que, en su momento, “un decreto ley durante el gobierno de Bignone y una ley, ya en la etapa democrática, que fue proyecto del senador Oraldo Britos, reconocieron a todos los soldados que estábamos dentro del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur como soldados conscriptos, en incumplimiento del servicio militar obligatorio, porque éramos ciudadanos que habíamos sido llamados a tomar las armas en defensa de la patria, como veteranos de guerra”.

Recordó que “el Congreso de la Nación nos iba a otorgar diplomas y medallas, quedando para el Poder Ejecutivo la instrumentación del resto de los reconocimientos ". Aparte mencionó que, en 1988 después del alzamiento de los carapintadas, aparece Carlos Menem como intermediario entre el entonces presidente, Raúl Alfonsín, y los carapintadas. “Y en esos días surge primero la obediencia debida y el punto final, que fueron el preludio para los indultos que luego saco Menem”, repasó Noal.

Señaló que “después surge también el decreto 509/88, donde lo que hacen es dividir el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur en zona de despliegue continental, es decir todo lo que es la costa patagónica, y Teatro de Operaciones Malvinas; incluyendo ahí a oficiales, suboficiales y tropa que estaban en el Teatro de Operaciones Malvinas, dejando fuera a todos los que habíamos estado dentro del TOAS”.

Comentó que “si uno mira el mapa de los 649 caídos en combate, en la isla Gran Malvina cayeron 257, en la isla Soledad 9, cayeron 4 en Georgias y 362 son producto del hundimiento del Crucero General Belgrano -que también estaba fuera de la zona del Teatro Operaciones Malvinas- y 17 cayeron en el continente, esos son los 649 que figuran en el Cenotafio Nacional”, remarcó.

Después recordó que “en el año 2015 comienzan a desclasificarse distintos documentos, archivos, diarios de guerra, y se dan a conocer. Entonces muchas de las cosas que nosotros veníamos diciendo, que habían ocurrido y que habían sido negadas, aparecen como ciertas. Entre ellas una donde yo fui partícipe, en la localidad de San Julián en la zona de Cabo Curioso, donde tuvimos un combate por un intento de intrusión, debido a británicos que querían desactivar el puerto de San Julián”.

“Ahí, el 11 de mayo a las 23:50, detuvimos ese intento de desembarco abriendo fuego. Aquí también, en Tierra del Fuego, ocurrieron sucesos similares. De hecho hay una carta del ex intendente Juan Apolinaire, en la cual habla de la noche de los 2000 tiros y donde cuenta el enfrentamiento con tropas británicas, aquí mismo”, remarcó.

En otro orden precisó que “Lo que pedimos es el reconocimiento moral e histórico de los soldados que conscriptos que estuvimos en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, que se nos devuelva el rango de veteranos de guerra que tuvimos hasta 1988 y que se nos reconozca como lo que somos, veteranos de guerra que estuvimos en el cumplimiento del servicio militar obligatorio, no pedimos nada del otro mundo”, despejó.

Mencionando que, en el tiempo transcurrido, “muchos compañeros se suicidaron en la total indefensión, algunos otros tuvimos herramientas como para seguir y salir adelante. A mí, por ejemplo, me llevó muchísimos años poder hablar del tema Malvinas, poder hablar del conflicto, de la guerra. Porque el temor seguía en nosotros, estábamos amenazados de posibles fusilamientos si hablábamos, nos hicieron firmar un documento donde decían que no podíamos contar nada de lo que habíamos hecho”, advirtió.

Sobre su caso particular señaló: “estuve en Malvinas y sin embargo no estoy reconocido, porque a mí me replegaron antes de la llegada de la Cruz Roja. Entonces vaya a saber adónde fue a parar la nómina de soldados que fuimos a poner minas y después nos volvimos. Pero además lo mío es anecdótico, porque yo puse más minas en la provincia de Santa Cruz que en las islas y el bautismo de fuego también fue en Santa Cruz, no en las islas”. “Entonces son muchas cosas, yo me cague de frío, de hambre, comí raíces de mata negra en Santa Cruz, no en las Islas. Estuve en un pozo de zorro en Santa Cruz, no en otro lado, y todo eso como parte de la guerra”, ratificó Alberto Noal.

Finalmente contó que, la semana pasada, en el Senado de la Nación “por unanimidad se emitieron dos resoluciones, la primera es que se liberen los diplomas y las medallas que están guardadas desde 1988, para ser entregadas a los veteranos de guerra TOAS. Y la segunda resolución es que, ni bien salga el proyecto de Ley aprobado en la Cámara de Diputados, que el mismo sea tratado en Senadores sin más trámite de sesión. Por eso reclamamos la aprobación de este proyecto, que ya fue firmado por 71 diputados y que tiene además el acompañamiento de 350.000 firmas de ciudadanos que apoyan la promulgación de la ley TOAS”, concluyó Noal.

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