
En diálogo con The Cabin, Fernando Álvarez de Celis, presidente de la Fundación Tejido Urbano, analizó la situación actual de la construcción en Argentina y la evolución de los costos en el sector.
"Nos llama la atención que, a pesar de la estabilidad que se menciona en términos de inflación, los costos de construcción han aumentado significativamente en dólares", explicó Álvarez de Celis. Según los datos relevados, el costo de construir un metro cuadrado pasó de 460 dólares en 2023 a 1000 dólares en 2024, lo que representa un incremento del 69%.
El especialista destacó que este incremento está impulsado principalmente por dos factores: un 30% debido al aumento en los costos de materiales y un 115% en el costo de la mano de obra en dólares. "Esto se debe a que muchos insumos están atados a la importación y a estructuras monopólicas que hacen que sus precios aumenten más que la inflación general", explicó. Un ejemplo de ello es el acero, cuyo precio se ajusta a valores internacionales.
A pesar del fuerte aumento en los costos de construcción, los precios de las viviendas se han mantenido relativamente estables, con aumentos que oscilan entre un 4% y un 10% en el último año. Sin embargo, esto ha llevado a una baja rentabilidad para los constructores, lo que frena nuevas edificaciones.
"Los márgenes de ganancia bajaron notoriamente, lo que imposibilita el desarrollo de nuevas construcciones y hace que la mayor parte del mercado inmobiliario se enfoque en la compra-venta de inmuebles usados", explicó Álvarez de Celis.
Si bien los precios de los materiales parecen haberse estabilizado, el especialista señala que no se espera que bajen, sino que el mercado podría ajustarse con un leve aumento en el precio de venta de las viviendas. "En la Ciudad de Buenos Aires, el metro cuadrado promedio de un inmueble usado está en 2.200 dólares, mientras que uno nuevo ronda los 2.400 dólares. Aún hay margen de rentabilidad, pero mucho menor que en otros períodos", detalló.
Por otro lado, la cantidad de permisos de construcción ha bajado un 20%, lo que refleja la incertidumbre del sector. "No hay datos concretos sobre cuánta obra se está ejecutando en este momento, ya que la disminución de la obra pública también dificulta medir la actividad", comentó.
A pesar del contexto desafiante, la reaparición del crédito hipotecario ha sido un factor clave en la estabilización del mercado. "En 2023 casi no hubo créditos hipotecarios, pero en 2024 se otorgaron 11.000, y en los últimos dos meses 5.500 más", explicó.
Esto ha permitido mantener la accesibilidad a la vivienda en un contexto donde los precios no han aumentado al mismo ritmo que la inflación. Sin embargo, si los costos de construcción continúan en alza sin una recuperación de la rentabilidad, la construcción residencial podría sufrir un freno aún mayor en 2025.
"La combinación de menor construcción y mayor acceso al crédito podría generar una suba en los precios de las propiedades, lo que haría más difícil obtener financiamiento en el futuro", concluyó Álvarez de Celis.
En un panorama de costos elevados y un mercado inmobiliario en equilibrio inestable, el sector de la construcción enfrenta un desafío clave en los próximos meses: cómo mantener la rentabilidad sin que se paralicen las nuevas obras.
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