El Lic. Alberto Garófalo, apoderado de la Cámara Fueguina de Industria Nacional (CAFIN), dialogó con Radio Nacional Ushuaia sobre la situación actual del sector productivo en la provincia y las perspectivas para el 2024.

Al respecto, indicó que “mucha expectativa por lo que todavía no se dijo. Vamos a ver qué sucede con el paquete de medidas que se van a mandar al congreso y el discurso del presidente”.

En este sentido, sostuvo que “en concreto hasta ahora lo que hace al levantamiento del sistema de la SIRA, personalmente no parece muy razonable oponerse porque en definitiva es como se mueve el mundo. El organismo de contralor tiene vigilando qué es lo que finalmente se va a importar y exportar, pero trabas adicionales no tienen ningún sentido y si las empresas argentinas están en condiciones de trabajar como corresponde y de competir, las que no están en condiciones y son importantes para la estructura para la industria económica tienen que ser protegidas”.

Con respecto al cambio del sistema, consideró que “obviamente la restricción va a continuar por un tiempo por una cuestión elemental que es la falta de dólares. Las posibilidades de pagos al exterior siguen siendo muy complicadas sobre todo para las pymes. Habrá que aguantar y es verdad que tenemos empresas en un estado desesperante de falta de insumos, pero no hay dólares y no hay forma de emitirlos por lo tanto estamos en problemas desde ese punto de vista. Hay empresas textiles y electrónicas que también si mantienen el ritmo de producción se quedan sin insumos antes de fin de año y esta situación es general y transversal porque abarca a todas las ramas. Toda la industria nacional es muy dependiente de insumos importados y estas restricciones contribuyen a cierto parate en la actividad que pareciera ser el camino elegido para frenar la inflación.”

Consultado sobre cómo impacta en la industria local la devaluación del dólar, remarcó que “es dramático en algunos rubros y el traslado que va a tener esto a los precios no va a ser directo en todos los casos, dependerá de cada política de las empresas, pero frente a una nueva realidad de retracción de la demanda. Hay indicios de que la demanda se está contrayendo. Puede llevar años volver a recuperar el nivel de actividad”.

Por otro lado, se refirió a las modificaciones que aprobó la legislatura fueguina sobre las tasas de verificación de los procesos productivos y explicó que “volvimos a foja cero. Para la industria se había duplicado la tasa y las empresas frente a esto reaccionaron hubo una presentación en la justicia, hubo una renegociación y se decidió dar marcha atrás en este. La redacción de la nueva ley no es muy feliz porque vuelve a fijar una base imponible que asimila la tasa a un impuesto y esto va a seguir siendo objeto de discusión. Lo que las empresas cuestionan es que una tasa es la que debe ser la que retribuye un servicio y en este caso lo que la tasa recauda excede con creces el costo de la prestación del servicio. Entendemos que es una forma de financiamiento del tesoro en momentos de mucha restricción. Es un momento donde debemos acordar cuál es el aporte que va a hacer cada uno”.

Finalmente, evaluó que “tenemos que conservar a nuestras empresas y un Estado en funcionamiento, teniendo noción de las proporciones. Todos debemos observar la realidad de cada uno, no es momento para agitar aún más las aguas”.