En medio de un contexto económico complicado, el kilo de centolla ha alcanzado la alarmante cifra de 100.000 pesos, generando preocupación en la comunidad local. Este aumento de precios, que ha sorprendido a muchos, plantea preguntas sobre la sostenibilidad del recurso y el futuro de la pesca en la región. Para profundizar en el estado de este importante recurso marino, entrevistamos al doctor Gustavo Lovrich, investigador principal del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) y referente en biología marina.

Durante nuestra conversación, Lovrich hizo hincapié en la importancia de contar con datos pesqueros precisos. La Secretaría de Pesca ha comenzado a realizar relevamientos en las ganchas pesqueras en dos etapas durante el año, pero el especialista advirtió que estas acciones deberían haberse implementado hace tres décadas. “El Estado nunca ha mantenido un sistema de datos pesqueros de centolla de manera activa y responsable”, afirmó Lovrich. Esto, según él, podría estar contribuyendo a la crisis actual del recurso. Aunque no puede ofrecer detalles específicos sobre los datos más recientes debido a la confidencialidad con la Secretaría de Pesca, se mostró cauteloso sobre el futuro de la centolla en la región. “La situación del recurso en 2016 no era auspiciosa”, recordó, y agregó que la pesca en la zona del Canal Beagle está más comprometida en comparación con otras áreas, como la del Golfo San Jorge, donde la pesquería es objeto de un monitoreo más riguroso y presenta mejores condiciones.

Al abordar el precio de la centolla, que se ha disparado en el último tiempo, Lovrich indicó que este aumento es un reflejo de la escasez del recurso y de la alta demanda del sector gastronómico. “Cuando un recurso es escaso, se encarece”, explicó, y enfatizó que la relación entre oferta y demanda influye fuertemente en la economía local. “Hoy, si uno toma en cuenta que el kilo de lomo no está a 20.000 pesos, pero que la centolla está más de cinco veces por encima, se evidencia que la centolla se ha vuelto un recurso casi de lujo”, argumentó. El investigador también hizo una comparación con otros productos en el mercado, mencionando que “en el ámbito internacional, los precios de la centolla han aumentado considerablemente en los últimos años”, lo que también afecta el costo en el ámbito local.

Lovrich subrayó que el aumento en los precios de la centolla no es solo un fenómeno local, sino que también está influenciado por el mercado internacional. “En los últimos 10 o 15 años, el precio FOB (Free on Board) de la centolla se ha duplicado a nivel mundial”, comentó. Esta situación es consecuencia de las variaciones en la pesca de otros recursos similares, como el cangrejo grande y la centolla de Alaska, que también sufren de escasez. “Cuando estos recursos también son escasos, el precio a nivel mundial aumenta, lo que se traduce en un encarecimiento del producto local”, explicó.

Un aspecto crucial que Lovrich destacó es la falta de una política local que regule la pesca y permita que los residentes accedan a este recurso sin que se convierta en un producto elitista. “Es fundamental que se implementen cuotas de pesca para garantizar que todos puedan disfrutar de este recurso”, aseguró. Sin políticas adecuadas, el acceso a la centolla podría verse limitado solo a quienes pueden pagar los precios elevados. Lovrich expresó su preocupación: “Lo que estamos viendo es una ausencia de regulación que, si no se aborda, podría hacer que la centolla se convierta en un recurso inaccesible para la mayoría de la población”.

La reciente rehabilitación de la planta procesadora de crustáceos por parte del municipio también plantea interrogantes sobre la viabilidad de contar con dos plantas en Ushuaia. “Si solo hay una oferta de centolla, será complicado justificar la existencia de ambas plantas”, advirtió Lovrich. El investigador hizo hincapié en que la diversificación en la oferta de pescado es crucial para el éxito de estas instalaciones. “Si no tenemos una oferta de pescado fresco, será difícil que los consumidores se interesen en adquirirlo”, reflexionó, sugiriendo que se requiere un cambio en la cultura local de consumo. “Si nosotros supiéramos que existen dos plantas y que ofrecen productos de manera más o menos previsible, quizás cambiaríamos como consumidores nuestra forma de comprar y consumir pescado y marisco”, argumentó.

Con el horizonte incierto sobre el estado de la pesca de centolla, Lovrich propuso una próxima entrevista para discutir más a fondo sobre los recursos marino-costeros de Ushuaia. “Es un tema apasionante y central para una ciudad costera, y merece una conversación más detallada”, aseguró. La comunidad sigue a la expectativa mientras los especialistas analizan el estado de la centolla y las posibles acciones para garantizar su sostenibilidad en el futuro.

En un contexto donde la pesca de la centolla representa no solo un sustento económico, sino también una parte fundamental de la identidad cultural de Ushuaia, es crucial encontrar un equilibrio entre la explotación y la conservación de este recurso vital. La colaboración entre científicos, autoridades y la comunidad será esencial para asegurar un futuro sostenible para la centolla y la pesca en general en la región. “Es necesario un enfoque integral que contemple tanto la preservación del recurso como el desarrollo económico local”, concluyó Lovrich, reafirmando la importancia de trabajar en conjunto para enfrentar los desafíos que se presentan.