El licenciado en Biología y becario del CONICET, Emiliano Arona, habló sobre la problemática de los perros asilvestrados en la provincia y advirtió que la misma es crítica dado a que tiene un impacto directo en la salud, como también en la fauna nativa de la zona.
En ese marco, el licenciado en Biología, Emiliano Arona hizo hincapié en la situación actual de los perros asilvestrados "cada día los perros urbanos sueltos y sin esterilizar comienzan a explorar nuevos ambientes y llegan a zonas rurales, donde se reproducen y crían camadas en ausencia del ser humano. Estas crías logran sobrevivir en estado salvaje y forman jaurías asilvestradas".
En este sentido, hizo un repaso de los comienzos de dicha problemática que está en pleno auge en la provincia "los primeros perros asilvestrados se comenzaron a ver en la década del 2000 y actualmente existen numerosas jaurías en toda la isla, superando en algunos casos los 10 individuos cada una. Considerando que estos cánidos tienen celos dos veces al año, y un promedio de 4 crías en estado salvaje, el crecimiento poblacional anual es verdaderamente alto. Hoy en día, el perro asilvestrado se encuentra tanto en tierras fiscales y áreas protegidas como en establecimientos privados, en su mayoría destinados a la producción ganadera", advirtió.
Ante esta situación, se refirió a las consecuencias que desata la misma "los perros tienen un alto impacto en múltiples niveles. Si bien el efecto más conspicuo es la predación, se suma la transmisión de enfermedades y efectos indirectos en el horario de actividad, uso del espacio y tasas de reproducción de los animales afectados. Hoy en día es un predador ineficiente, motivo por el cual impacta a grandísima escala. Su comportamiento predatorio es incompleto o incluso torpe porque gasta energía persiguiendo numerosos animales que daña, mutila o mata sin luego consumirlos”.
Indicando que ante esta reacción “muchos animales quedan malheridos y expuestos a infecciones o carroñeros que terminan con su vida. En resumen, persiguen y mastican a todo lo que huye, comportamiento equivalente a los perros urbanos que persiguen autos o ciclistas. La diferencia es que, en el ámbito rural, tanto la biodiversidad nativa como la producción animal está en juego.
En esa línea, Arona profundizó en el trabajo de investigación que esta llevando adelante y dijo que "mediante imágenes de cámaras trampa y videos enviados por ciudadanos, ya tenemos registros de acosos y ataques directos a guanacos. Ni hablar de las pérdidas de ovinos en la mayoría de los establecimientos rurales. La ganadería de la provincia se encuentra en una situación límite, con una reducción de más del 50% del stock ovino producto de los ataques. En los últimos 15 años muchos productores han optado por reconvertir su producción ovina a la cría de bovinos debido al impacto de los perros, mientras que otros terminaron abandonando por completo la producción pecuaria en sus estancias".
A su vez, detalló el impacto que tiene en la fauna nativa "la presencia del perro asilvestrado también podría estar impactando fuertemente en la población de zorro colorado fueguino, una especie endémica y en peligro de extinción que prácticamente ya no se observa en el centro y norte de la provincia".
Entonces, puntualizó en la determinación que han llevado adelante algunos productores rurales ante esta situación que se repite sucesivamente "las acciones llevadas adelante por los productores hasta el momento no han logrado frenar el avance de los perros. Hace algunos años se han implementado perros protectores de ganado, siendo en la actualidad la herramienta más eficiente para manejar la predación, aunque hasta el momento son pocos los productores que la utilizan. Claro está que esto es un paliativo y no la solución del problema. La solución de raíz requiere grandes esfuerzos en las ciudades, que son la fábrica de perros sueltos y futuros asilvestrados", aseveró.
Dado a que hasta el momento no se ha intentado ejecutar algún tipo de solución ante lo mencionado, el licenciado apuntó a las ordenanzas y leyes vigentes "desde el año 2017, la provincia fue declarada en 'emergencia socioambiental' y sancionó la Ley N.º 1146, que declara al perro asilvestrado como 'especie exótica invasora' y establece los presupuestos mínimos de protección ambiental para evitar el impacto en la salud pública, la biodiversidad, la producción agropecuaria y las actividades recreativas al aire libre. A pesar de contar con esta herramienta legal, las instituciones responsables no han tomado medidas en el ámbito rural para resolver esta problemática. De hecho, el dinero destinado al Manejo de Poblaciones de Perros que eran dos a tres millones de pesos, fueron desafectados y transferidos a Rentas de la Provincia por no haber sido utilizados".
Por otra parte, agregó que “las ordenanzas municipales de Ushuaia, Tolhuin y Río Grande (N.º 4800, 4106 y 365, respectivamente) no están dando resultados evidentes. Estos planes de tenencia responsable de animales domésticos prohíben, entre otras cosas, que los perros estén sueltos en la vía pública y expresan la facultad de los municipios a proceder con la captura y guarda de los canes en propiedad ajena a su propietario o tenedor responsable. Sin embargo, la problemática aún persiste e incluso aumenta".
Tras explicar cómo está problemática, Emiliano Arona sostuvo que "es indispensable responsabilizar fuertemente a los tenedores de mascotas, los cuales adoptan y luego no los cuidan como corresponde, incumpliendo las normativas vigentes. Es lamentable ver cómo se deja morir la biodiversidad y la actividad productiva por simple desidia política e irresponsabilidad ciudadana. Sin tomar medidas concretas y sin un cambio en la organización de la sociedad se estará condenando a la seguridad y salud pública, a la fauna nativa y el patrimonio cultural y productivo a impactos irreversibles", concluyó.
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