El reciente fallo judicial a favor de Andrea Torres, beneficiaria de un crédito UVA, marca un antes y un después en la larga lucha de miles de familias que, como ella, han visto cómo las cuotas de sus préstamos hipotecarios crecían de forma desmesurada, alejándolos de su capacidad de pago. Esta sentencia, que ajusta su crédito en función de la variación salarial, podría ser el inicio de una serie de decisiones que busquen reparar la situación de los deudores UVA, gravemente afectados por un sistema que se ha vuelto insostenible.
Andrea Torres, empleada municipal junto con su esposo, compartió en una entrevista radial con Fm del Pueblo los detalles de su situación, que no dista mucho de la realidad de otras familias que enfrentan el mismo problema. Al iniciar su crédito hipotecario bajo el sistema UVA, el monto solicitado era de 3.000.000 de pesos. Sin embargo, con el tiempo, las cuotas se incrementaron de tal manera que llegaron a los 2.300.000 pesos mensuales, una cifra completamente fuera de su alcance. "Nuestros ingresos combinados apenas superan los 1.500.000 de pesos, y ya no podíamos sostener los pagos", confesó.
La situación se complicaba aún más al considerar que su esposo tiene una discapacidad y la familia tiene niños pequeños a cargo. Con la canasta básica en constante ascenso y la imposibilidad de ajustar sus salarios al mismo ritmo que las cuotas, la familia Torres se encontraba en una situación financiera insostenible. "Ya debíamos más de 149.000.000 de pesos por el crédito, era impensable seguir pagando", explicó Andrea.
Frente a esta situación crítica, Andrea y su familia decidieron acudir a la justicia para buscar una solución. El proceso judicial fue largo y complejo, pero finalmente un fallo histórico le dio la razón. La justicia no solo eliminó el mecanismo UVA de su crédito, sino que también ordenó que las cuotas y la deuda se ajusten a su capacidad salarial, limitando el monto de las cuotas al 30% de sus ingresos familiares.
"Esto es un gran avance para nosotros, pero también es un precedente importante para otras familias que están en la misma situación. No podíamos permitir que el banco ajustara sus cuotas sin tener en cuenta que nuestros salarios no acompañan esos aumentos", afirmó Andrea.
Andrea aprovechó la oportunidad para agradecer al equipo legal que la acompañó en este proceso, los abogados Cristian Rubio y Antonio Argetti, quienes desde el primer momento creyeron en la causa y no bajaron los brazos: "Agradecemos profundamente a los doctores Rubio y Argetti por su incansable trabajo. Ellos fueron los únicos que realmente nos prestaron atención, y hoy estamos viendo los frutos de esa lucha".
El fallo judicial no solo beneficia a Andrea, sino que también sienta un precedente que podría replicarse en favor de otros deudores UVA que se encuentran en situaciones similares. Aunque este es solo un primer paso, la expectativa es que más familias logren obtener fallos favorables en un contexto económico donde los salarios no acompañan el vertiginoso aumento de las deudas ajustadas por inflación.
Los créditos UVA, introducidos como una herramienta para facilitar el acceso a la vivienda, se han convertido en una pesadilla para muchos deudores debido a su ajuste por inflación. Si bien inicialmente ofrecían cuotas accesibles, el constante incremento del costo de vida ha provocado un desajuste entre las cuotas de los créditos y los salarios de los deudores, poniendo a miles de familias en una situación de emergencia financiera.
En el caso de Andrea, la deuda que parecía posible de afrontar en un principio, se disparó a cifras inalcanzables. Como ella misma relató: "El banco puede ajustar las cuotas de acuerdo a la inflación, pero nosotros no tenemos esa capacidad de ajustar nuestros ingresos de la misma manera".
Este tipo de fallos judiciales trae alivio y esperanza a las familias afectadas, que desde hace años vienen exigiendo una solución a una situación que ha sido descrita como un "problema estructural". La decisión judicial de ajustar las cuotas en base a los ingresos salariales y no a la inflación abre una nueva puerta para que los bancos y el Estado revisen este sistema.
Aunque el fallo es un alivio para Andrea y su familia, aún queda mucho por resolver. "Este es solo el primer paso", comentó, haciendo referencia a que ahora deberán sentarse con el banco para negociar la nueva estructura de su deuda. Sin embargo, Andrea se muestra optimista: "Esperamos que este fallo pueda replicarse para el resto de las familias que están en la misma situación. Es un reconocimiento de que el sistema tal como está no funciona".
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