La creciente demanda en los hospitales públicos de Tierra del Fuego está generando un fuerte impacto tanto en la operatividad como en las finanzas del sistema de salud provincial. En este contexto, la ministra de Salud, Judith Di Giglio, expuso detalladamente los costos que enfrenta el sistema hospitalario, en especial el hospital de Río Grande, que requiere entre 700 y 1.000 millones de pesos mensuales para su funcionamiento. Según la funcionaria, “El hospital de Río Grande, que tiene mayor capacidad de camas que en Ushuaia, está lleno en los últimos meses. Estamos hablando de que necesita, dependiendo del mes, entre 700 y 1.000 millones de pesos para funcionar, excluyendo salarios. Esto implica un gasto anual de 12.000 millones de pesos”.
Uno de los principales desafíos que enfrentan los hospitales públicos tiene que ver con el aumento de la demanda de servicios por parte de personas que han perdido su cobertura de obra social o prepaga. Esta situación ha incrementado la cantidad de pacientes que requieren atención en áreas críticas como oncología, donde el Estado debe cubrir tratamientos completos. Di Giglio explicó: “Mucha gente dejó de tener obras sociales. Hay quienes ya concurrían a los centros de salud o al hospital, pero ahora el hospital no puede recuperar los costos. Eso produce un daño financiero enorme, porque aumenta la demanda, pero disminuyen los ingresos”.
La ministra también mencionó que esta situación ha afectado los mecanismos de facturación a las obras sociales, lo que agrava el panorama económico. Aunque destacó que algunas entidades, como el PAMI, están cumpliendo con los pagos en tiempo y forma, otras, como la UOM, están experimentando dificultades financieras. “PAMI, en los últimos años, está pagando muy bien, en fecha, sin atrasos, pero tenemos problemas de recupero con la UOM, que está atravesando un momento complejo”, señaló Di Giglio.
La mayor demanda de servicios ha generado una presión considerable en los recursos financieros de los hospitales. Según Di Giglio, los costos operativos han crecido significativamente, tanto en insumos médicos como en otros rubros esenciales. “Hoy, un hospital como el de Río Grande, sólo en farmacia hospitalaria, necesita entre 150 y 400 millones de pesos por mes, dependiendo de la cantidad de pacientes que se atienden. Estos son insumos que incluyen ampollas, medicamentos y todo lo necesario para el funcionamiento diario”, destacó la ministra.
A estos gastos se suman otros, como los vinculados a los laboratorios, que también han experimentado aumentos notables. “El gasto trimestral en laboratorio supera los 200 millones de pesos. Todo esto implica que los hospitales deben poder comprar sus insumos con recursos propios, y aquí es donde entra la importancia de la facturación y la recuperación de costos”, detalló.
La contratación de profesionales especializados es otro de los grandes factores que inciden en los costos operativos del sistema hospitalario. El hospital de Río Grande, por ejemplo, ha tenido que contratar médicos y especialistas en diversas áreas debido a la alta demanda de atención. “El hospital de Río Grande tiene muchos profesionales contratados, por ejemplo, en anestesia y traumatología. Este tipo de contrataciones, aunque necesarias, representan un costo adicional importante. Además, también se contratan médicos y asistentes para cubrir las guardias, lo cual eleva aún más los gastos”, explicó Di Giglio.
Además, la ministra comparó la situación entre Río Grande y Ushuaia, destacando que la contratación de profesionales depende de las necesidades específicas de cada hospital. “Las situaciones van cambiando. Quizás en Río Grande cambiaron antes, y Ushuaia está tendiendo a ser así ahora, porque cada vez hay más equipos de médicos y asistentes para cubrir servicios como las guardias”, agregó.
Uno de los sectores más afectados por el aumento de la demanda es el de salud mental. Di Giglio advirtió que los servicios están “devastados” debido al creciente número de personas que buscan atención por problemas vinculados a la salud mental, muchos de ellos derivados de la compleja situación social del país. “Los servicios de salud mental están devastados por un aumento terrible en la demanda. Esto se debe a múltiples factores, como el incremento de la violencia intrafamiliar, el aumento de las adicciones y la situación social general del país, que afecta profundamente la salud mental de la población”, sostuvo Di Giglio.
La ministra también subrayó que, en este contexto, los hospitales están funcionando al máximo de su capacidad, con todas las camas de internación ocupadas y un incremento en las consultas en las guardias y centros de salud. “Prácticamente todos los hospitales tienen sus camas ocupadas. Las guardias han visto un aumento significativo en el número de pacientes que consultan, y los centros de salud, donde antes no se esperaba tanto por un turno, ahora tienen listas de espera más largas”, describió la funcionaria.
Frente a este panorama, la discusión del presupuesto para el sector de la salud será crucial en los próximos meses. Di Giglio adelantó que, como cada año, el Ministerio de Salud deberá defender en la legislatura los recursos que le corresponden, destacando la importancia de garantizar el financiamiento necesario para hacer frente a los desafíos del sistema. “Vamos a ir a la legislatura a defender el presupuesto que le corresponde a salud, como hacemos cada año. Todavía no tenemos fecha, pero generalmente es en noviembre”, concluyó.
El sistema de salud de Tierra del Fuego está en una situación crítica, y aunque se han hecho esfuerzos por mejorar la facturación y recuperar costos, la creciente demanda y los costos operativos siguen representando un desafío considerable para las autoridades sanitarias.
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