Un 1 de marzo de 1923, en un pueblito agrícola de La Pampa, nacía José Zink. Hijo de Juan José Zink y Catalina Burgardt, ambos inmigrantes alemanes que habían llegado al pueblo argentino en 1905.
La familia Zink Burgardt concibió a doce hijos, de los cuales el entonces impensado Párroco sería el penúltimo hijo de la familia agricultora. Su infancia la transitó en el pueblo, su trayectoria es espectacular en todos los sentidos.
El pequeño José hincha de River Plate, cursó la primaria en la Escuela Nacional “Faustino Sarmiento” en el año 1932.
Trasladándose al Colegio Don Bosco ubicado en General Acha en 1933, esta institución formaría un antes y una después en su vida.
Comenzó a conocer la cultura cristiana, el valor de la palabra, la vocación religiosa, entre otros sentimientos que lo convertirían en el cura más querido. Su interés se abocó a la filosofía, donde tuvo el agrado de cursarla en 1942 en Bernal.
Paso de ser un niño a un joven que cada vez le interesaba más y más la Teología. Bajo ese camino que le marco Dios, siguió sus pasos y decidió ingresar en 1949 al Instituto Salesiano de Villada en Córdoba. Se preparó y perfeccionó en el estudio y análisis de los conocimientos de Dios, sus atributos y perfecciones.
En 1952 fue encomendado como sacerdote de la Cripta de la Iglesia María Auxiliadora en el Colegio Salesiano en la provincia cordobesa. Seguramente, siempre habrá recordado su primera misa en la Basílica de María Auxiliadora de Almagro.
Sin duda, la más emotiva para él habrá sido la primera misa cantada, la cual tuvo la oportunidad de realizarla en La Pampa, junto a sus padres, hermanos, amigos y fieles que lo observaban con ojos de orgullo. Un año después, en 1953, se trasladó a Capital Federal para realizar su labor como sacerdote y docente.
Allí estuvo alrededor de dos años. En 1956, dejó las tierras porteñas para tomar un poco de frío en nuestra ciudad instalandosé en la Misión Salesiana, con el objetivo de suplir a un compañero que se encontraba enfermo. Al momento en el que observó el lugar que, en ese instante, en su gran mayoría era campo le encantó porque tenía muchas similitudes con la vida campestre de su provincia natal.
Las personas le tomaron tanto cariño y aprecio que lo apodaron “El Cura Gaucho”, por su labor como servidor a los fueguinos. La palabra gaucho encerraba su raíz campestre, el mate, la tierra, las montañas, los animales, todo lo que a él le apasionaba. Tiempo después fue trasladado en 1979 hasta el 84 a servir en el Colegio Don Bosco en la capital de la provincia.
Llego el terrible 1982 y el conflicto bélico entre Malvinas y Gran Bretaña comenzó a gestarse, los estallidos, los disparos dejaron a miles de heridos en batalla a los que el Padre Zink recibiría en Ushuaia, provenían del Crucero General Belgrano, cada vez que comentaba ese momento decía “Había seis soldados que eran los más graves. Estaban entre la vida y la muerte, todos quemados. El capitán me pidió que les diera la bendición”.
En 1985, pasado todo ese contexto de guerra retomó su actividad como párroco en la Misión Salesiana. Fue conocimiento por predicar la fe en diversas reuniones y misas, a las que se trasladaba junto a su caballo “Gringo” o en la camioneta de la Iglesia y obviamente no podía faltar el mate en su mano. Le apasionaba visitar a los estancieros y a las familias que no tenían la posibilidad de asistir a las misas.
No le importaba día u/o horario, el ayudaba a quienes lo necesitaban ya sea para alguna confesión, bautizo, o sacramente. No le interesaba si eras una persona que asistía a cada misa o si solo ingresabas a la Iglesia en situaciones urgentes, él nunca hizo esas distinciones, ayudaba a todos por igual.
Se convirtió en “Ciudadano Ilustre” con el decreto Municipal 212/92, este fue una determinación iniciada por un grupo de fieles que le solicitaban al Gobierno local tal distinción por su labor y dedicación.
Fue tan querido y respetado por mucho de los ciudadanos de la provincia. Lamentablemente, el 05 de julio de 2004, la ciudad le lloró al Padre que marcó un antes y un después en la vida de los fueguinos.
Desafortunadamente, en la noche del sábado estrelló su camioneta con un camión en ingreso a la ciudad, a sus jóvenes 81 años nos dejó el tan querido Cura Gaucho. Los fieles lamentaron la ausencia de él en las misas y sobre todo no podían creer la pérdida del párroco. El entonces gobernador, Jorge Colazo, decidió declarar 96 días de duelo provincial.
Sus restos quedaron al resguardo en el gimnasio de la Misión Salesiana, su lugar, su casa. Estos se depositaron en la bóveda del cementerio municipal por un tiempo, hasta que finalmente se construyó una cruz Mayor de color blanca donde se sepultó al Cura Gaucho.
A pesar de que el mismo, ya no esté presente en la vida terrenal continua en los corazones de las personas que tuvieron la oportunidad de conocerlo y describir la calidez de persona que era y seguirá siendo. Con el pasar de los años se realizaron diversas obras en homenaje a él.
Algunas de ellas fueron declarar en 2004 la avenida circunvalación en nombre de “Reverendo Padre José Zink”. El 8 de noviembre de 2008 en el sector alto de la Avenida San Martín, se construiría un monumento en homenaje, junto a las placas que cuentan un poco de su larga historia. En 2012, se le colocó su nombre a la extensión de la Ruta N°3 que traspasa a Tierra del Fuego.
De igual forma, durante la gestión de Gustavo Melella se colocaron imágenes de este, donde se lo ve ofreciéndole un mate a los visitantes como una bienvenida a quienes tienen el agrado de conocer Río Grande. Asimismo, se bautizó bajo su nombre al Centro de Gestión Participativa ubicado en la calle Carlos Pellegrini y Viedma.}
Se fundaron instituciones educativas que mantienen la impronta de él. Al cumplirse 11 años del fallecimiento de este, se construyó una figura de tamaño real que conserva la frescura y calidez del querido Padre, la cual se ubica en la costanera frente a la Municipalidad de Río Grande.
Finalmente, uno de los últimos homenajes fue en conjunto con la agrupación “Estrellas Amarillas” quienes pintaron una estrella en el lugar del accidente de tránsito en memoria del difundo párroco, allí se presenta una cartelería con su nombre y la fecha en la que falleció, la cual está presente hasta la actualidad.
En Ushuaia, crearon la Plazoleta Cura Gaucho José Zink se encuentra en la rotonda ubicada en la intersección de la Avenida Hipólito Yrigoyen con el camino de acceso al Aeropuerto Internacional Malvinas Argentinas.
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