Tierra del Fuego reestructuró su deuda externa por un monto de u$s 200 millones. El Estado provincial ofreció una extensión de plazos de más de 2 años respecto del vencimiento original, que pasó de abril de 2027 a enero de 2030.
Según informaron los negociadores, "ese mecanismo es muy útil para evitar que queden holdouts activos con montos muy pequeños de deuda respecto de la emisión".
Para reestructura su deuda, Tierra del Fuego contrató a Contexto Investments como asesor financiero para liderar la transacción, acompañado por BCP Securities como Agente de Canje internacional y Puente como Agente de Canje local e internacional. En el marco legal trabajaron los estudios de Tanoira Cassagne y Holland and Knight, liderados por Alexia Rosenthal y Steve Double respectivamente.
"El timing de la reestructuración le puso un condimento y una dificultad extra a la operación, marcada por la incertidumbre electoral, la volatilidad en el tipo de cambio y el diverso esquema de tenedores, que por un lado incluyó a grandes fondos de inversión como Templeton, VR Capital, y Amundi, entre otros, y por otro una atomización muy grande de tenedores minoristas, especialmente de bancas privadas de Argentina, Uruguay, Estados Unidos y Suiza", aseguró Tomas Rozemberg, Director Ejecutivo de Contexto Investments.
La propuesta para los bonistas incluyó una extensión de plazos de 2 años y 9 meses, sosteniendo la tasa de interés a pesar de los niveles de la tasa libre de riesgo de Estados Unidos. También se mantuvo el mismo esquema de garantías y un consent fee de entre 6,2% y 8,15% dependiendo del grado de aceptación de la transacción, que terminó siendo del 6,7%.
Según el prospecto del bono, las mayorías necesarias para la aceptación del canje eran del 75%. Ese porcentaje se vio ampliamente superado, logrando una aceptación del 90,89%. Quienes ingresaron al canje fueron una gran parte de los inversores minoristas, donde se destaca una importante tenencia de personas físicas, y los grandes fondos de inversión.
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