- El biólogo e investigador del CADIC, Adrián Schiavini, dialogó con FM Del Pueblo sobre el crecimiento de la población de guanacos en Tierra del Fuego y las dificultades para lograr un buen plan de manejo ante la falta de políticas públicas tendientes a resolver esta problemática que genera grandes perjuicios en el sector ganadero de la provincia, y a su vez, un riesgo importante para quienes transitan por la Ruta Nacional N°3.
Al respecto, comentó que en los últimos años “desde que ha sido protegido por ley en la década del noventa, el guanaco ha experimentado un crecimiento en su población, pero por supuesto no está recuperando los niveles originales que tenía esa especie antes de la llegada del europeo que llegó, modificó el paisaje, se introdujo en la ganadería y eso representó un factor de tensión para las poblaciones de herbívoros nativos. Además, el guanaco era cazado y en la protección que se dio en la década del 90, la población se ha recuperado. No hay que perder de vista que factores que actuaban en la regulación poblacional, como el clima, se han visto moderados en las últimas décadas. Los inviernos son menos duros, y eso se traduce en que haya más disponibilidad de alimento y a la larga en una mayor producción de crías, eso en términos generales si uno mira la película de los últimos 30 años”.
En el caso particular de esta época de otoño, “sucede que parte de los guanacos, no todos, se desplazan desde la cordillera, en la zona norte del Fagnano, hacia las zonas más bajas y cercanas a la costa justamente porque en estas zonas permiten acceder a mayor comida durante el invierno; se congela menos el suelo, se puede andar y comer esa vegetación que no se muere. Esto genera que en una parte no menor de su recorrido de la Ruta N°3, comiencen a verse mayor cantidad de animales que no observarnos en la primavera y en el verano. Lo cierto es que el guanaco se ha expandido por muchas razones como la protección legal, inviernos más suaves y mayor presencia de alimento. Acá el predador que tiene es el perro asilvestrado porque está ocupando los nichos que hace cien años ocupaba el zorro colorado. El perro asilvestrado está desparramado por toda la zona centro de la provincia y ataca a los guanacos; tenemos fotografías de guanacos heridos por perros que los garronean en partes posteriores porque saben que son vulnerables”.
Según explicó el Dr. Schiavini, “el bosque del ecotono representa un refugio fundamentalmente para el perro asilvestrado porque se refugia ante el clima para tener sus crías y además se esconde del control del hombre. El perro asilvestrado ha generado que la mayor parte de los establecimientos del ecotono, se hayan convertido en producción bovina, total o parcial; hemos perdido la mitad de las cabezas ovinas que sabía haber hacia la década del 80. Estamos hablando de 600 mil cabezas contra 300 mil que hay ahora y si uno mira particularmente al sur de Río Grande, la reducción ha sido mucho mayor. El perro no impactó particularmente en el norte de Río Grande, pero si para el sur y hoy quedan 10 establecimientos produciendo ovejas y prácticamente todos son de producción mixta porque el negocio no da”.
En este sentido, remarcó que, si bien hay acciones que tomaron los productores y han dado resultados como el uso de perros protectores de ganado, “todavía hay que ajustar esta herramienta. Hay que hacerla más adoptada por los establecimientos y eso permitiría recuperar la producción ovina. En el 2018 hicimos una encuesta para dimensionar la percepción que tenían los productores acerca del guanaco y dimensionarlo a otros factores de tensión, y también otra encuesta de los impactos del perro asilvestrado. La verdad es que, si uno mira la encuesta desde el punto de vista del guanaco, no es un problema prioritario para el productor ganadero en comparación con el perro asilvestrado. Ha perdido relevancia, no quiere decir que no produzca impactos a través del consumo del forraje, y sobre todo del forraje que se reserva en determinados potreros para ser usado por el ganado doméstico el día de mañana. El guanaco salta los alambrados y se alimenta de esos potreros. En comparación que hace el perro, el impacto es mucho menor. El perro asilvestrado es el principal problema de tensión para la producción ganadera de Tierra del Fuego y su población creció; no tenemos un relevamiento, pero si tenemos información de los establecimientos que han cazado a perros y cachorros, esto quiere decir que se están reproduciendo fuera de los ámbitos urbanos en estancias ubicadas a cien o doscientos kilómetros de Tolhuin. Esos cachorros no conocen al ser humano”.
Asimismo, comentó que se encuentran trabajando con “colegas chilenos para tratar de homogeneizar las metodologías de reglamento poblacional y ajustar los números. Creemos que, del lado chileno, la densidad de guanacos puede ser superior a nuestro caso”.
Consumo de carne de guanaco
Consultado sobre la posibilidad de comercializar la carne de guanaco para su consumo, el Dr. Schiavini sostuvo que “para utilizar al guanaco como fuente de carne deben cumplirse varias cosas. La primera es tener el control bromatológico mediando de que los animales son sacrificados de manera humanitaria porque no podés consumir un animal al que lo correteaste dos horas y lo mataste a palos. Y además los guanacos tienen una alta incidencia de sarcosporidia que es un parásito que produce unos quistes en el musculo y si uno come la carne mal cocida, produce malestares estomacales muy importantes. Esa incidencia es elevada”.
Para Schiavini, “no podemos pensar en el manejo de una especie silvestre sin un Estado capaz de llevarlo adelante. El Estado en el último tiempo no consulta mucho al sector científico y nosotros tenemos la información a disposición. El trabajo que hicimos en el 2017 fue a pedido del Estado Provincial y fue financiado con fondos del Consejo Federal de Inversiones, y posteriormente a eso, no tenemos consultas por lo tanto no te puedo decir la política que se quiere llevar adelante y mucho menos las preguntas que hay para que uno pueda aportar desde el lado de la ciencia”.
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