La provincia de Río Negro reaccionó con dureza frente a la polémica medida del Gobierno nacional, que levantó y luego revirtió en pocas horas la restricción al ingreso de carne con hueso en la región patagónica. El gobernador Alberto Weretilneck fue tajante: “Aceptar que destruyan la barrera sanitaria que nos llevó 20 años construir es entregar la Patagonia”.

La medida generó un fuerte malestar no solo en Río Negro, sino en toda la región. A través de un mensaje en su cuenta de X, el mandatario provincial cuestionó el accionar del Ejecutivo nacional y advirtió sobre las consecuencias que tendría para la producción local y la salud animal.

“Más del 60% de la carne que se consume en Río Negro ya proviene del norte del país y, sin embargo, los precios no bajaron. El consumo no mejoró y los únicos que pierden son los productores locales”, expresó.

Además, el gobernador recordó que Brasil —el principal exportador de carne del mundo— se declaró libre de aftosa sin vacunación tras medio siglo de trabajo. “Lo hizo para ingresar a mercados de alto valor y, a partir del 1° de abril, tendrá el mismo estatus sanitario que la Patagonia”, indicó, en contraste con lo que ocurre hoy en Argentina.

“Cuando un país avanza en sanidad, lo defiende. No lo destruye. Esta resolución no tiene sustento técnico ni económico. Es una imposición diseñada para beneficiar a los grandes exportadores y supermercados, sin considerar el impacto real y devastador sobre las provincias que hicieron las cosas bien”, advirtió.