Familiares y amigos de Marcelo Fernández claman por justicia y denuncian negligencia médica frente al Sanatorio Fueguino en Río Grande

Esta tarde, en medio de una jornada de intenso dolor, familiares y amigos de Marcelo Fernández, quien falleció el pasado viernes en el Sanatorio Fueguino de Río Grande, llevaron a cabo una manifestación en las puertas de la institución para exigir justicia y respuestas claras. La protesta comenzó en la rotonda de la Plaza de las Américas y finalizó frente al sanatorio, lugar donde Fernández, de 40 años, habría sufrido lo que sus familiares describen como "un abandono total" por parte del sistema de salud.

Amelia, madre de Marcelo, fue la primera en expresar su indignación y dolor, denunciando la falta de comunicación y explicaciones por parte del sanatorio y de los profesionales médicos involucrados en la cirugía de su hijo. "No hemos recibido ninguna respuesta, ni del cirujano, ni del anestesista, ni siquiera de la justicia. Estamos acá porque sentimos que a Marcelo lo asesinaron en este lugar. Mi hijo confiaba en que la cirugía era la solución, y en lugar de recibir ayuda, encontró la muerte", manifestó entre lágrimas. Amelia también señaló que su hijo estaba preparado para el procedimiento, con todos los trámites de la obra social en regla, esperando poder recuperarse y regresar a casa. "Nos decía que todo estaba listo, que lo iban a operar y nos íbamos a ir a casa juntos, pero todo terminó de la peor manera. Nadie nos ha explicado nada; es como si la vida de mi hijo no tuviera valor", exclamó.

A su vez, Brian, hermano de Marcelo, compartió su testimonio, visiblemente afectado y con palabras de profunda frustración. Brian señaló que esta marcha no es solo para exigir justicia por su hermano, sino también para denunciar una presunta serie de irregularidades que afectarían a muchas otras familias en la ciudad. "Estamos aquí no solo por Marcelo, sino porque hay muchas familias que han pasado por situaciones similares en este sanatorio. Familias que han perdido a sus seres queridos y no encuentran respuestas. Esto no se puede seguir tapando", afirmó Brian.

También cuestionó el comunicado emitido por el Sanatorio Fueguino, calificándolo de "una vergüenza y una burla" hacia la familia. "Publicaron ese comunicado solo porque sabían que íbamos a venir, pero nunca se acercaron a hablar con nosotros. El director del sanatorio nos dijo en la cara que todo iba a solucionarse, pero eso nunca sucedió. Es inaceptable que nos digan una cosa en persona y luego hagan otra para aparentar", sostuvo, dejando claro que la familia no descansará hasta obtener respuestas.

Brian relató que el trato hacia su hermano fue inhumano, señalando que incluso el día de la operación, no se le tomaron signos vitales antes de ingresar a quirófano. "No le revisaron la presión, ni la temperatura, nada. Cuando él ya estaba sin vida, seguía conectado al mismo suero. Si no hubiéramos insistido, se lo llevaban en ese estado. Lo trataron como a un perro", denunció con rabia. Además, comentó que el personal del sanatorio incluso intentó hacer firmar documentos a la esposa de Marcelo cuando él acababa de salir de la operación, situación que considera como una falta total de ética y respeto.

Amelia también se refirió al costo económico y al desgaste emocional que el sanatorio generó en su familia. "Nos cobraron todo, cada día de hospitalización, incluso cuando Marcelo ya había fallecido. Pagamos un plan porque no teníamos otra opción, eran más de 90.000 pesos por cama, es un comercio con la salud de la gente. Nos cobraron hasta cuando él ya estaba muerto. Esto es una vergüenza", declaró. También denunció que cuando intentaron llevarse el cuerpo de Marcelo, debieron esperar horas y enfrentar trámites burocráticos que solo les generaron más dolor. "Ni siquiera tenían claros los documentos, fue un calvario poder despedirlo. Esto no puede quedar así", afirmó la madre.

La familia denuncia falta de apoyo tanto de la obra social como del sindicato. Amelia explicó que su hijo tenía cobertura a través de su trabajo en la fábrica, pero que en ningún momento recibieron apoyo o una disculpa. "Nadie se presentó en el velorio, ni siquiera el sindicato que debía acompañarnos en esto. Mi hijo trabajó toda su vida, le descontaban cada mes para tener esa obra social y cuando lo necesitó, no estaban", agregó con resignación. Brian, en la misma línea, expresó su malestar por la indiferencia mostrada por las autoridades sindicales y de la obra social. "Ellos son parte de este sistema que comercia con la salud de los trabajadores, nos dejaron solos", sostuvo.

La familia Fernández ha puesto su confianza en los abogados para llevar adelante esta causa y claman por una investigación exhaustiva que arroje luz sobre lo sucedido. Brian manifestó su fe en que los abogados encargados logren hacer justicia y recalcó la importancia de visibilizar este caso para que no se repitan situaciones similares. "Esto se tiene que terminar; no solo por nosotros, sino por todas las familias que han sufrido en silencio. Queremos que el sanatorio sea auditado y que los responsables enfrenten las consecuencias", concluyó.

La manifestación de esta tarde es solo el inicio de una serie de acciones que la familia Fernández planea llevar adelante para que la muerte de Marcelo no quede impune. Exigen una revisión a fondo de las prácticas médicas en el Sanatorio Fueguino y una justicia que priorice la vida de las personas sobre los intereses económicos. Amelia, quebrada por el dolor, dejó en claro su compromiso: "Voy a seguir adelante. No descansaré hasta que el nombre de mi hijo reciba la dignidad que le arrebataron".