El 29 de enero de 1999, a través del Decreto 64/99 artículo 4, se declaró Monumento Histórico Nacional a las instalaciones del ex Frigorífico CAP, ubicadas en la Ciudad de Río Grande, ubicado en la margen sur del río Grande.
Ubicado a la vera del rio Grande, su origen data el 12 de enero 1917 cuando el Gobierno Nacional autorizó la constitución de la S.A. Cía. Frigorífica Argentina de Tierra del Fuego, de carácter cooperativo e integrada por los grupos Menéndez Behety, Braun, Bridges, Reynolds y otros.
A comienzos del 1900 la única actividad comercial en Río Grande, era la ganadera explotándose la lana a través de la esquila y destinándose una cantidad reducida de animales para obtener cebo y cuero en la estancia “Primera Argentina” de don José Menéndez.
Pero era necesario establecer una actividad económica que trajera progreso a los habitantes del lugar, que produjera beneficios y adelantos para el pequeño pueblo. Fue así que el hijo de don José y de María Behety, emprendió el desafío de instalar el moderno frigorífico cuando aún la ciudad de Rio Grande como tal no existía.
Las instalaciones incluían un muelle y un ferrocarril. Para concretar la línea férrea la compañía importó un ferrocarril, que contó con una total desgravación, para agilizar los traslados de carga alrededor del frigorífico y hacia el muelle. Así, la primera faena del frigorífico, tuvo lugar el 9 de febrero de 1918 cuando era jefe de máquinas el ingeniero John Goodall quien al año siguiente asumiría como Administrador ante la renuncia de don Guillermo Elliot.
El primer embarque de carne congelada con destino a Inglaterra se realizó en mayo de ese mismo año por los vapores Amadeo y Austral desde Río Grande y consistió en mil toneladas de un producto que mereció la calificación de excelente en el mercado europeo. Su instalación fue sinónimo de pujanza y prosperidad para los antiguos pobladores de nuestra ciudad.
Ya para 1940, el frigorífico fue vendido a la Corporación Argentina de Productores de Carnes (CAP). Dicha Corporación había sido creada en 1935 como empresa testigo y en defensa de los precios de los ganaderos, para contrarrestar las maniobras monopólicas de los frigoríficos ingleses y norteamericanos que dominaban el mercado. Fue liquidada en 2004, luego de un proceso de disolución de diez años.
La CAP adquirió las instalaciones, las doscientas hectáreas del predio circundante, las centrales telefónicas que funcionaban tanto en el frigorífico como en Río Grande, la concesión y propiedad del muelle y la servidumbre del acueducto que los abastecía.
Hasta entonces, en los veintidós años de funcionamiento a cargo de la cooperativa de estancieros fueguinos, se habían realizado faenas todas las temporadas, procesándose unos 5.300.000 animales.
Monumento Histórico Nacional, incendios y desidia
Pasadas las 17 horas del 28 de septiembre del 2012 un incendio arrasó con parte del ex frigorífico, ya declarado como Monumento Histórico Nacional por Decreto Nº 64 de fecha 29 de enero de 1999 y puesto en valor cultural gracias al arduo trabajo en la preservación por parte de la familia Vargas, quienes en aquel entonces tenían la concesión del lugar.
En aquella oportunidad bomberos acudieron al lugar para intentar salvar uno de aquellos históricos galpones que formaron parte de la historia viva de nuestra ciudad, pero los daños totales fueron en una de las naves. Tras el incendio se supo que en su interior había elementos de vieja data y que el incendio fue iniciado intencionalmente.
Un año después, y en un día como hoy 25 de octubre, pero del año 2013, las tres naves del Monumento Histórico, el museo y salón de fiestas que guardaba gran contenido cultural, se desmoronó luego de que el fuego nuevamente se apoderó del antiguo predio. La imagen perdura en las memorias de cientos de riograndenses que vieron a la ciudad envuelta en humo viendo como poco a poco se derrumbaba un símbolo vital de la historia local.
Acercándonos a la actualidad, el 8 de octubre de 2017 una de las naves se vio afectado nuevamente luego de que se iniciara intencionalmente una fogata en el lugar, debido a que jóvenes y personas sin hogar se reunían allí para resguardarse del frio. En este caso las llamas pudieron ser controladas donde Defensa Civil del Municipio y bomberos voluntarios fueron vitales en cada uno de estos incendios para llevar tranquilidad a la población por su gran desempeño.
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