Mientras la Obra Social del Estado Fueguino (OSEF) enfrenta una profunda crisis económica, salen a la luz nuevas situaciones que generan fuerte malestar entre los afiliados. En las últimas semanas se conocieron autorizaciones de gastos significativos que contrastan con las dificultades que atraviesa la institución.

Uno de los casos que generó mayor indignación involucra al agente Héctor Julián Peñaloza, asignado a la delegación de Río Grande. Según consta en la Resolución de Presidencia RP-250-2025, firmada el pasado 31 de marzo, se lo habilitó para cumplir funciones en comisión de servicio los días 3 y 4 de abril, cubriéndose viáticos, alojamiento y traslados terrestres entre Río Grande y Ushuaia.

El dato llamativo fue el elevado monto desembolsado en concepto de alojamiento: más de 500 mil pesos, según detalla una factura emitida por el Hotel Arakur, uno de los establecimientos más exclusivos de la capital fueguina. A ese gasto se sumó una compra de $27.000 en una estación YPF, aunque el ticket correspondiente no detalla los conceptos consumidos.

El caso ha provocado fuertes cuestionamientos hacia el directorio, especialmente porque estas erogaciones fueron aprobadas en un contexto en el que la obra social se encuentra con serias dificultades para afrontar pagos y brindar servicios con normalidad.

Por otro lado, no es la única situación que ha despertado críticas. Días atrás se conoció una polémica designación impulsada por el vocal de los activos, Franco Tomasevich, quien nombró como Coordinadora Administrativa a Julieta García, una allegada suya que había ingresado recientemente a la institución. A pesar de su corta trayectoria, fue promovida a un cargo estratégico desde donde ahora suscribe actos administrativos de pago.

Ambos episodios se suman a una creciente lista de decisiones cuestionadas dentro de la OSEF, mientras miles de afiliados siguen aguardando soluciones ante un sistema de salud que muestra signos evidentes de colapso.