El juez que entiende en el concurso de la empresa Ambassador Fueguina dictó una medida cautelar, para evitar que la empresa quede por fuera del Subrégimen de Promoción Industrial. Increíblemente, desde el Ministerio de Producción de la Nación la apelaron. Mientras tanto, la situación de las trabajadoras y los trabajadores es cada vez más desesperante. En julio cumplen dos años sin producir y con una abultada deuda por salarios y otros conceptos.

De acuerdo a lo informado por fuentes judiciales, el magistrado que tiene a su cargo el concurso por la empresa Ambassador Fueguina dictó una medida cautelar para evitar que la misma quedara por fuera del Subrégimen de Promoción Industrial, pero la misma fue apelada por el Ministerio de Industria de la Nación.

La intención del juez que, según reconocieron las trabajadoras y los trabajadores consultados, “siempre tuvo la intención de resolver la situación y salvar la fuente de trabajo”, era también buscar la forma de resguardar la empresa y mantenerla dentro del Subrégimen. La apelación del Gobierno nacional pondría en riesgo este intento, aunque se espera que la decisión del magistrado sea avalada por la instancia superior.

Vale recordar que, en el mes de julio, se cumplirán dos años desde que la empresa se encuentra inactiva y es abultada la deuda por salario y otros conceptos que se acumula con ellos. En ese sentido, los representantes de operarios y operarias consultados, señalaron que “es insostenible para muchos continuar así, tenemos compañeros y compañeras enfermas, con infinidad de problemas, y necesitamos una respuesta de manera urgente”, reclamaron.

Por otra parte, mencionaron que “lo único que recibimos en el RedSol de 4 mil pesos, pero nada más. Por eso estamos tratando de gestionar un aporte desde el Gobierno nacional, para ver si nos ayudan a sobrellevar esta difícil situación”. En el mismo sentido, se está tratando de gestionar algún tipo de permiso para poder funcionar como cooperativa, en un intento por producir algún tipo de fasón que les permita volver a trabajar, aunque sea por un tiempo.