El jefe del gremio de los metalúrgicos (UOM) fue entrevistado en Futurock acerca del plenario de delegados generales realizado ayer miércoles. El dirigente gremial también habló de la situación de los trabajadores metalúrgicos y sobre los candidatos peronistas en las próximas elecciones.
Respecto a la situación de los metalúrgicos, Caló dio cuenta de la difícil situación que están atravesando, con miles de despidos, suspensiones y pérdida del salario para lo que quedan activos. Un cuadro que conocen bien los trabajadores a los que dice representar. Pero entre lo que el dirigente analiza y las medidas que propone -o la falta de ellas-, el contraste es gigante.
En ningún momento de la entrevista dijo que llamaría a un paro, ni mucho menos que estuviera organizando asambleas o instancias de base para discutir entre todos los trabajadores que medidas tomar. En cambio, se limitó a poner las mismas excusas que dicen todos los burócratas sindicales cada vez que se les nombra la temida (para ellos) palabra “paro”.
“Antes me pedían que llamara a un paro por ganancias y ahora me piden que llame un paro porque los despiden”, agitó Caló intentando contrastar la situación actual con los años kirchneristas.
Pero la realidad es que el jefe de la UOM llamó a muy pocos paros, sea por el reclamo que sea. Habría que hacer una búsqueda de archivo que llevaría horas para encontrar cuando fue la última vez que hubo un paro general de la UOM.
Cabe decir, que más allá de supuesto contraste que quiso hacer Caló, el gremio metalúrgico tiene uno de los peores convenios industriales que hay, con salarios bastante por debajo de la media. También es una rama de actividad que cuenta con miles de talleres, donde sus trabajadores en la mayoría de las ocasiones ni siquiera tiene representación sindical o están más expuestos a cobrar menos y que los despidan más y más rápido.
Ni que hablar de los tercerizados. Caló, como toda la burocracia sindical, ni siquiera los tiene en cuenta. Los que trabajan bajo estas condiciones (tanto hoy con Macri, como ayer con Cristina) siempre cobraron menos que los efectivos y siempre los despiden porque se termina el contrato y el sindicato...nada.
Cualquiera que haya pasado por las agencias de precarización laboral, sabe que entrás a una fábrica y en tres o seis meses ya estás buscando laburo de vuelta. Y esto pasa desde la época de Menem y se mantuvo durante todos los gobiernos hasta hoy, siempre a favor de los empresarios y con la vista gorda cómplice de los dirigentes sindicales.
Mientras Caló y los demás burócratas sindicales piensan a que candidato apoyar y se niegan a llamar a un paro, en el país del FMI, todos los trabajadores salen a la lucha diaria sin saber si perderán el trabajo, si el sueldo alcanzará hasta el último día del mes.
El único camino para frenar esta ataque en regla a los trabajadores es organizar desde las bases verdadero paro general que ponga a los trabajadores en pie para defender sus condiciones de vida.
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