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Una reciente encuesta realizada por la consultora Zuban Córdoba, en la que participaron 2.400 personas entre el 30 de enero y el 03 de febrero de 2025, revela una fuerte resistencia en la opinión pública hacia algunas de estas medidas. Gustavo Córdoba, director de la firma, destacó que “no hay clima para una reforma laboral tan disruptiva; la sociedad exige consensos y no está dispuesta a ver alterada la relación tradicional entre empleadores y trabajadores”. Con un margen de error de ±2% y un nivel de confianza del 95%, los resultados muestran un rechazo generalizado a modificaciones que afecten directamente los bolsillos de los trabajadores.
Entre las propuestas, se encuentra la extensión del plazo para impugnar sanciones impuestas por el empleador: los trabajadores tendrían 30 días para recurrir, pasado ese plazo, las sanciones se considerarían aceptadas. Sin embargo, otros cambios han generado mayor controversia. Por ejemplo, la idea de flexibilizar el régimen de vacaciones—permitiendo su otorgamiento en cualquier época del año y en períodos fragmentados—no ha logrado convencer al electorado, con un 60,1% de los encuestados en contra y solo un 30,9% a favor.
La posibilidad de ampliar la jornada laboral legal hasta 12 horas sin obligación de pago extra fue aún más impopular, con un rechazo contundente del 71% de los participantes, dejando a tan solo un 22% que se muestra favorable. A esto se suma la propuesta de retomar los “tickets canasta”, que cuentan con el apoyo del 13,3% y el rechazo de un 81,3% de los encuestados. La modificación en la forma de compensar las horas extra también fue recibida de forma negativa, con un 88,5% en contra, frente a solo un 6,7% que respalda la idea.
Aunque se discuten diversas medidas, el sentir general refleja una profunda preocupación por la alteración del statu quo laboral. Gustavo Córdoba advierte que “el Gobierno avanza sin consensos en reformas que cambian la esencia de los derechos adquiridos, lo cual genera una desconexión entre las propuestas y la realidad de los trabajadores”. Este clima de rechazo se mantiene incluso cuando se analiza la opinión en función de los resultados electorales, evidenciando un consenso que trasciende líneas partidarias.
En el contexto general, la reforma se enmarca en un panorama de evaluación de la gestión del Gobierno de Javier Milei. La percepción del rumbo del país está dividida, con el 53,6% de los encuestados opinando que la dirección es equivocada, en contraste con el 44% que aún muestra respaldo. Este debate no solo tiene implicaciones para el futuro de la legislación laboral, sino que también se enmarca en la lucha cultural e ideológica sobre el rol del Estado en la economía, tema que seguirá en el centro del debate público de cara a las próximas elecciones legislativas.
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