El Gobierno tropezó ayer con una inusual oposición sindical y empresarial en su intento por impulsar una flexibilización laboral para el sector textil. Fue durante una reunión convocada por el Ministerio de Producción y Trabajo con la participación de tres cámaras industriales y cuatro gremios de la actividad. El rechazo anticipado por ambas partes disuadió al ministro Dante Sica de encabezar la negociación como estaba previsto.
Se trata del primer gran revés que sufre la gestión de Sica en su plan de avanzar con reformas laborales sectoriales a falta de consenso político para imponer en el Congreso el proyecto integral que elaboró la administración de Mauricio Macri. El Acuerdo Compromiso por la Producción y el Empleo de la Industria Textil e Indumentaria, que esa cartera distribuyó y que anticipó ayer este diario, incluye un nuevo marco normativo para el trabajo a domicilio y contempla reemplazar las actuales indemnizaciones por un “fondo de cese laboral”, así como la flexibilización de la jornada laboral, las vacaciones y el pago de los aguinaldos.
El proyecto quedó, por ahora, en suspenso. En su lugar la Asociación Obrera Textil (AOT), el sindicato del Vestido (Soiva), la Unión de Cortadores y el gremio de empleados textiles (Setia) unificaron un documento con severas críticas a la iniciativa y advirtieron que no prestarán acuerdo para ninguna modificación a sus respectivos convenios laborales. Esa tirantez se trasladó al encuentro que compartieron los dirigentes sindicales ayer con los empresarios de la Federación de Industriales Textiles (FITA), la Cámara de la Indumentaria (CIAI) y la Fundación Protejer y que debió presidir, a solas, el secretario de Trabajo, Lucas Fernández Aparicio.
Con un tono similar al del comunicado los gremialistas advirtieron incluso que, a contramano de lo enunciado en el borrador oficial, el proyecto reformista no contaba con el aval siquiera del grueso de los empresarios convocados. Como había informado ayer este diario, lejos de flexibilizar condiciones de trabajo los ejecutivos de la actividad habían acudido a las reuniones previas con Aparicio para plantear la necesidad de facilitar el crédito, reducir las tasas de interés, autorizar el pago de subsidios Repro y recrear el mercado interno mediante normas de aliento al consumo.
Entre los pocos dueños de fábricas que habían asumido como propia la iniciativa figuraba Daniel Awada, hermano mayor de Juliana y cuñado de Mauricio Macri, que sin ocupar cargos formales en las cámaras tuvo una participación clave en las negociaciones como integrante de la CIAI.eEl dueño de la marca de ropa para bebés “Cheeky” y de la que lleva su apellido no se mostró en las oficinas de la cartera de Producción.
Instancia
Al menos el encuentro de ayer alumbró una nueva instancia de diálogo sectorial. La FITA invitó a los cuatro gremios a un encuentro en el ámbito privado para el próximo lunes, al que también citará al resto de las entidades patronales. De ambos lados explicaron que esa reunión tendrá como propósito unificar planteos al Gobierno superadores del plan de reforma. El proyecto oficial pareció una respuesta del Gobierno a las sugerencias hechas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el mes pasado de acelerar reformas estructurales pendientes.
Los funcionarios a cargo de la gestión habían avisado que sólo avanzarían en la implementación de los cambios en caso de existir consenso mayoritario de gremios y empresas, lo que pareció quedar descartado ayer.
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