En el aeropuerto de Río Grande se vivió una situación inusual esta mañana con el vuelo Embraer que arribó a las 6:20 y estaba programado para despegar a las 7:20. El vuelo, que transportaba menos de su capacidad máxima de 160 pasajeros, se vio afectado por un inconveniente mecánico que obligó a su suspensión y posterior reprogramación.

Según informaron durante la revisión mecánica habitual que se realiza a los aviones al aterrizar, se detectó el desprendimiento de un pequeño fragmento de metal en el fuselaje, el cual ingresó en el motor izquierdo mientras las turbinas seguían en funcionamiento. Aunque este tipo de incidente probablemente no hubiera afectado el vuelo si ocurriera en el aire, Aerolíneas aplica una política de "tolerancia cero" ante cualquier anomalía, lo que llevó a la decisión inmediata de suspender la partida.

El vuelo ha sido reprogramado para las 15:00. En ese horario, otro Embraer llegará al aeropuerto trayendo los repuestos necesarios para reparar la aeronave afectada y también transportará a los pasajeros que esperaban continuar con su viaje. Algunos pasajeros, con urgencia de llegar a su destino, optaron por trasladarse a Ushuaia para intentar abordar un vuelo al mediodía.

Algunos necesitaban viajar lo antes posible, por lo que evaluaron alternativas desde temprano pero otros decidieron esperar la reprogramación. Ahora el panorama está claro y la mayoría de los pasajeros ya abandonó el aeropuerto luego de recibir la confirmación del nuevo horario.

El inconveniente generó malestar entre los pasajeros, especialmente entre quienes tenían vuelos de conexión programados. Sin embargo, la reprogramación garantiza que todos puedan continuar con sus itinerarios.

A las 15:00, se espera que todo quede resuelto con la llegada del nuevo Embraer y la salida del vuelo reprogramado, llevando tranquilidad tanto a los pasajeros como al personal del aeropuerto.