Se trata inicialmente de una idea de Julio César, quien le pidió al astrónomo alejandrino Sosígenes que le ayudara a crear una alternativa al calendario romano más apegada a la realidad y a la rotación de la Tierra, según explica una nota de la BBC. Nuestro planeta no solamente tarda 365 días en dar una vuelta al Sol sobre su órbita como algunos piensan, sino 5 horas, 48 minutos y 56 segundos más. "Si no tuviéramos en cuenta este tiempo extra, las estaciones empezarían a desviarse. Esto sería molesto, si no devastador, porque en un periodo de unos 700 años nuestros veranos, que en el hemisferio norte esperamos en junio, empezarían a producirse en diciembre" dice el Museo Nacional del Aire y el Espacio.
Por eso Sosígenes propuso un calendario, extremadamente similar al de los egipcios, que tenía 365 días con un día adicional cada cuatro años para así alinearse con el año solar. Así nació el calendario juliano, bautizado en honor a su propulsor. Sin embargo, este sistema también tenía algunos problemas por lo que fue reemplazado progresivamente por el calendario gregoriano desde 1582, y es el que nos rige en la actualidad.
Como el calendario juliano exigía un día adicional cada cuatro años, los romanos decidieron este sería en febrero, que en ese entonces era el último mes del año. Al principio era el 24 de febrero y de ahí el nombre que proviene del latín: "ante diem bis sextum Kalendas Martias", (sexto día antes de las calendas de marzo en español), que se terminó resumiento en "bis sextus". Años más tarde, el papa Gregorio XIII decidió, perfeccionar el calendario y estableció como día adicional el 29.
Hay una posibilidad entre 1.461 de nacer en un día bisiesto. Si consideramos que la población mundial es de cerca de 8.100 millones de personas, sólo unas 5,5 millones de personas, es decir, el 0,068% de la población mundial, nacieron un 29 de febrero.
Para algunos, los años biciesto son de mala suerte. Para otros, todo lo contrario. Entre los mitos en torno a esta fecha, se dice que es un día en que las mujeres piden matrimonio a los hombres, si nos remitimos a concepciones tradicionales. Se lo conoce en algunos lugares como Día del Soltero o, también, el Privilegio de las Damas. Se remonta a una leyenda irlandesa asociada a Santa Brígida y San Patricio, dos de los tres santos patrones de Irlanda. Al parecer, en algún momento del siglo V, Santa Brígida acudió a San Patricio para quejarse de que las mujeres tenían que esperar demasiado para casarse porque los hombres tardaban en declararse, y pidió que se les diera a las mujeres la oportunidad de hacerlo.
Si lo que se busca es una poderosa dosis de año bisiesto, se puede visitar Anthony, una ciudad en la frontera entre Texas y Nuevo México. Allí se realiza cada año un festival de años bisiestos de varios días. Se la conoce como la "Capital mundial del año bisiesto", y recibe a personas de todo el mundo.
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