Este informe fue publicado en la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology, y se basó en el método epidemiológico conocido como Self-Controlled Case Series, en el que es el propio sujeto quien compara los ciclos anteriores y posteriores al momento de la vacunación.
Para la realización del experimento se utilizó una aplicación web denominada App Lunar, utilizada para la monitorización del ciclo menstrual, que incorporó una nueva funcionalidad para registrar, de manera voluntaria, la dosis, la marca y el país en el que se había recibido la vacuna.
"Se observó que las personas que lo habían hecho durante la fase folicular, es decir, antes de la ovulación, presentaban un incremento medio de la duración del ciclo de un día, mientras que las personas que se habían vacunado durante la fase lútea no presentaban incremento alguno", destacó Borja Velasco, investigador del IIIA-CSIC.
Entre las usuarias vacunadas en la fase folicular, el 11% tuvo un incremento de la duración del ciclo menstrual de más de ocho días, un valor clínicamente significativo.
En este sentido, el estudio destaca la importancia de la fase menstrual para minimizar las alteraciones de dicho ciclo y concluye que la vacunación durante la fase lútea evitaría el potencial aumento de la duración del ciclo menstrual.
Para los científicos que participaron en el experimento "este es un tema importante y nuevo, sobre el que aún hay poca evidencia".
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