Otro encuentro destacado se producirá el 6 de febrero, cuando la Luna creciente comparta el cielo con Júpiter desde el ocaso hasta la medianoche. Aunque Júpiter se encuentra a gran distancia, su tamaño y brillo lo posicionan como el tercer objeto más luminoso del cielo nocturno, justo después de la Luna y Venus.
La espectacularidad del mes continúa el 9 de febrero, cuando la Luna casi llena se coloque cerca de Marte. Conocido popularmente como el “planeta rojo” debido a su tono anaranjado, Marte brilla intensamente en el firmamento, haciendo de esta conjunción un atractivo especial para los observadores.
No solo los planetas tendrán su momento bajo la luz de la Luna; las estrellas también ocuparán un lugar protagónico. Así, el 17 de febrero, la Luna se alineará con Spica, la estrella más brillante de la constelación Virgo, que en realidad es un sistema estelar doble situado a unos 260 años luz de la Tierra. Asimismo, el 21 de febrero se podrá admirar a la Luna junto a Antares, la imponente supergigante roja de Escorpio, ubicada a 550 años luz y en la fase final de su evolución.
El cierre del mes traerá un evento especial: entre el 25 y el 28 de febrero, Mercurio se unirá al recorrido planetario. Con este añadido, se completará el espectáculo en el que, en total, los siete planetas del sistema solar—cinco visibles a simple vista y dos con ayuda de instrumentos—trazarán una ruta de este a oeste en el cielo nocturno.
En resumen, febrero se perfila como un mes ideal para la observación astronómica. Cada noche, la Luna se convierte en un punto de referencia que acompaña a diferentes astros, permitiendo a los amantes del cielo redescubrir la belleza y el dinamismo del universo en constante movimiento.
Durante el mes de febrero, el firmamento se convierte en un escenario espectacular en el que la Luna se une a diversos planetas y estrellas, ofreciendo encuentros celestes imperdibles. En total, hasta cinco planetas se podrán observar a simple vista, mientras que dos adicionales serán visibles con binoculares o telescopio. Este desfile astronómico se extiende a lo largo de varias noches, permitiendo a los aficionados del cielo disfrutar de múltiples conjunciones.
El 1 de febrero, apenas 30 minutos después del atardecer, la Luna –con menos del 20% de su cara iluminada– se aproximará a Venus, el lucero vespertino. Ambos cuerpos se verán en el horizonte occidental, en la misma dirección por donde se oculta el Sol. La unión de estos astros será visible durante aproximadamente una hora y media, hasta que sean tragados por la oscuridad.
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