Un 3 de septiembre de 1962 se configura el primer Cuerpo de Bomberos de la Policía Territorial de Río Grande, situado en aquel entonces en calle El Cano y Echeverría. Allí estuvo al mando primeramente el Oficial Principal, José Adolfo Rivarola, acompañado por el cabo Antonio Figueroa y los agentes Cristian Ismael Albert, Juan González y Vicente Escalante.

Ellos mantenían guardias de 12 horas, ingresando a las siete de la mañana y retirándose a las siete de la tarde, donde desarrollaban su labor en una unidad de Fargo 500. Realizaron en el mismo año, pero en el mes de octubre el bautismo de fuego a las nueve y media de la noche. Con los años, fue creciendo cada vez más hasta verla transformarse en el lugar que hoy todos conocemos.

En 1986 se crea el Área Técnica de Bomberos, la cual comenzaría a realizar trabajos de investigación, prevención y protección frente contra incendios y siniestros. Esta vendría a asesorar y otorgar seguridad no solo en hechos sucedidos en viviendas, sino también a nivel empresarial e industrial. Por lo que desarrolla su rol auxiliar frente a las autoridades municipales, como también de la Justicia Provincial y Federal.

Tiempo después, se sumarian nuevas unidades como lo sería un Dodge 400, un MB1114 y una unidad de primer ataque Pierce Arrow Pumper. Esta última marcaría un antes y un después por su novedosa tecnología ante el combate de incendios, pero estas nuevas incorporaciones demandarían más personal del que ya existía.

Su labor día a día les demanda un sacrificio extra, donde constantemente peligra su propia vida ante este tipo de sucesos, pero lo sobrellevan con total entrega y sacrificio. Ante cualquier urgencia, dejan de lado sus hijos, mujer y familia para salvar a otra persona.

En el transcurso de la Pandemia por Covid-19, han sumado más tareas a su labor, como lo fueron los controles en la vía pública y las visitas espontaneas a personas aisladas que cumplían la cuarentena obligatoria.