La fecha que hoy se conmemora está envuelta por las movilizaciones de principio del siglo XX en la que miles de obreras salieron a las calles en reclamo de mejoras laborales y el pedido de equidad salarial respecto a los varones y por el derecho al voto, especialmente en Europa
Aunque todos los sucesos iniciaron en 1908, la ONU recién en 1975 institucionalizó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, ya que su concepción y espíritu era de origen fue netamente sindicalista. Fue proclamado por su Asamblea, dos años más tarde, en 1977.
Andrea Iris D’Atri, Fundadora de @PanyRosas_Arg feminismo socialista internacionalista, explicó que en el origen del Día Internacional de las Mujeres encontramos una campaña política. “La que propusieron las delegadas al Congreso Nacional del Partido Socialista de Estados Unidos, que se realizó en 1908, a favor del voto femenino”, en referencia a la propuesta para que se realizaran actos para lanzar la campaña por el derecho al voto.
“Será necesario debatir esta proposición en relación a la cuestión de la mujer desde la perspectiva socialista. Esta conmemoración deberá tener un carácter internacional y será necesario prepararla con mucho esmero”, pedía la moción de las delegadas.
Campaña por el voto femenino
“Uno de los 8 de marzo más impactantes, sin dudas, fue el de 1917 en Rusia porque fue el día que las mujeres comenzaron la revolución”, detalló Sánchez en el informe ¿Por qué el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer?, en el que explicó que “ese día, las trabajadoras rusas fueron a la huelga en la que exigían pan, paz y el fin del régimen zarista.
Para D’Atri, en la columna 8 de marzo: ¿día de qué?, ese día “las mujeres parieron una revolución”. “El 8 de marzo de 1917 (o 23 de febrero, según el antiguo calendario ortodoxo ruso), las trabajadoras rusas lo conmemoraron con manifestaciones, huelgas y motines”, lo que simbolizó “una chispa que, en medio de las penurias de la Primera Guerra Mundial, dio inicio a la revolución con la que la clase obrera conquistó el poder ocho meses más tarde, bajo la dirección del Partido Bolchevique”.
Tremendo acontecimiento hizo que, desde entonces, para el movimiento obrero y el socialismo internacional la fecha fuera inamovible.
Durante ese año, 1917, las mujeres rusas conquistaron mayor cantidad de derechos que en toda su historia. Ya para mediados de 1930, el Día Internacional de las Mujeres fue, en la Unión Soviética, el equivalente al Día de la Madre de los países capitalistas; y en 1965, por un decreto del estalinismo, se declaró el 8 de marzo como un día no laborable, llamado Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La ONU lo reconoce recién en diciembre de 1975 y dos años después lo proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
“Están las que dicen que es un día para luchar por algunos derechos o por la igualdad de género (como si fuera posible conseguirla en una sociedad marcada por una enorme desigualdad). Pero en todo el mundo, son cada vez más las que piensan que para pelear contra el patriarcado hay que pelear contra el capitalismo. Algunas creen que la lucha contra la opresión es sólo un tema de mujeres, otras que hay que convencer al conjunto de clase trabajadora, con quienes la mayoría de las mujeres comparten su lucha”, aclaró Sánchez.
El incendio en la fábrica textil
El siniestro ocurrió el 25 de marzo de 1911, unos días después de la multitudinaria marcha que congregó a mujeres de cuatro países que reclamaron por las pésimas condiciones en las que desarrollaban sus labores y con una paga mínima. Los reclamos: derecho al voto y ocupar cargos públicos, trabajo digno, formación profesional y no discriminación laboral.
La movilización fue la del 19 de marzo de 1911, simultánea en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, que convocó a un millón de mujeres, es considerada como la primera marcha por el Día de la Mujer.
En aquella fábrica de camisas, que ocupaba los piso 8, 9 y 10 del edificio Asch ubicado en la esquina de las calles Washington Place y Greene Street de Manhattan, los dueños de la firma, temerosos de ser robados, no tuvieron mejor idea que mandar a cerrar las puertas luego de que el personal ingresaba; las abrían recién en el horario de salida. Fue así que a las 16:45 de ese 25 de marzo se desató el feroz incendio y la peor tragedia de la industria textil: los tres pisos fueron prácticamente devorados por las llamas y hubo muertes por quemaduras, inhalación de humo y aplastamiento provocado por el derrumbe.
19 y 25 de marzo de 1911 en Nueva York
Mientras las llamas devoraban todo, las mujeres que no podían escapar por las escaleras comenzaron a tirarse por las ventanas.
En el siniestro murieron 146 personas, 123 eran mujeres y 23, hombres, en su mayoría inmigrantes de Italia y de Europa Oriental. Sólo algunos salvaron su vida, Pauline Pepe fue una y contó el horroroso momento: “Fue horrible, al descender vimos las tres escaleras en llamas… Todo estaba lleno de cuerpos. Fue terrible, nunca lo olvidaré. Jamás”.
El 11 de abril de ese año, Harris y Blanck fueron imputados por homicidio culposo por considerarlos responsables de esas muertes, y el 4 de diciembre se inició el juicio, pero el 27 de ese mes la Justicia decidió que eran inocentes, y tras veintitrés pleitos legales, el 11 de marzo de 1917, fueron sentenciados a pagar indemnizaciones… ¡de 75 dólares por cada vida perdida!
Tras ese incendio, en los Estados Unidos comenzó a prestarse atención a las condiciones laborales y a la legislación en favor de todos los trabajadores. Sin dudas, una de las grandes conquistas de las mujeres fue la creación de un sindicato que comenzaba a respetar, mínimamente, sus derechos como trabajadoras.
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