Esto es así porque los instrumentos no permanecen quietos durante todo el año sino que van rindiendo intereses de acuerdo a sus vencimientos, los cuales se van capitalizando a medida que se renuevan las inversiones.
En ese sentido, vale decir que la TEA para los plazos fijos es de 46,8%. Sin embargo, el sector privado espera una inflación del 54,8% en 2022, de acuerdo con el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Por lo tanto, si se cumple esta predicción, la tasa seguiría siendo negativa en términos reales.
Carrera expresó que el desempeño en términos reales de los instrumentos de ahorro en pesos depende de cómo se pronostique la inflación. El funcionario remarcó que a la hora de proyectar habría que determinar "cuánto influye endogenamente la nueva tasa en la inflación futura, cuál es la relación de la tasa con el tipo de cambio, cómo se ponderan eventos que van a ocurrir a nivel local e internacional, y cómo el modelo de pronóstico capta estos puntos o si es un esquema mayormente inercial".
Si la persona coloca un plazo fijo por primera vez, ahora obtiene un retorno mensual del 3,25%. El número sería inferior a la inflación que hubo en diciembre (3,4% según las estimaciones privadas), aunque este es un mes en el cual los precios suelen crecer por encima de la media por motivos estacionales.
Se trata de "un paso muy pequeño en un largo camino hacia la normalización monetaria y financiera", dijo Alberto Ramos, analista de Goldman Sachs.
El Central también aumentó la tasa para los plazos fijos mayoristas (Badlar) hasta el 37% en términos nominales y hasta el 44% en términos efectivos. Además, determinó la eliminación progresiva de los pases pasivos a siete días y creo una nueva Leliq a 180 días, con una TNA del 44% y una TEA del 48,9%.
Fuentes del mercado consultadas por Ámbito proyectaron que los bonos a Tasa Badlar serán probablemente los instrumentos en pesos más demandados a partir de la suba de tasas.
¿Y qué pasa con los Plazos Fijos UVA? Esta opción ajusta por la inflación medida por el INDEC, y otorga un 1% más por encima de lo que arroje el IPC.
Sin embargo, la suba de tasas también tienen impacto en esos instrumentos. Es que los UVA son a 90 días y tienen una opción de precancelar después de los 30 primeros. En este caso, la inversión no crecerá al ritmo de la inflación más un margen del 1%, sino que el ajuste será por un 34% de tasa nominal anual (TNA).
Hasta antes del cambio, los plazos fijos UVA que se precancelaban otorgaban una tasa de 30,5%.
Si bien el cambio favorece a quienes opten por este tipo de depósitos, en caso de una precancelación siguen quedando en desventaja respecto de quienes apuestan a los plazos fijos tradicionales que, en el caso de personas físicas que tienen menos de $ 10 millones, otorgan ahora un rendimiento del 39% de TNA.
Mientras que a las personas jurídicas o ahorristas con más de 10 millones, se les otorga un 37% de TNA.
La principal ventaja de los plazos fijos UVA no está dada en lo que sucede en el caso de una precancelación sino para quienes los llevan hasta las últimas consecuencias y logran ganarle a la inflación.
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