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Los primeros reportes de una variante de coronavirus altamente mutada salieron a fines de noviembre, después de que una avalancha de genomas desconcertantes fuera cargada en una base de datos mundial.
Ómicron, como se llegó a conocer, se rastreó hasta un conjunto dispar de casos: estudiantes universitarios en Pretoria, la capital de Sudáfrica, una misión diplomática en Botsuana y un viajero sudafricano en un hotel en cuarentena de Hong Kong.
Mientras las autoridades sanitarias de todo el mundo tratan de contener la rápida propagación de la variante, que se ha detectado en más de 50 países de seis continentes, los científicos siguen descifrando sus orígenes.
El misterio radica en la cuestión de cómo "toda una serie de mutaciones" surgieron "bajo el radar", según David Stuart, profesor de biología estructural de la Universidad de Oxford.
Los rasgos genéticos de Ómicron se parecen más a las formas del virus que circularon el año pasado que a las cepas más recientes, como Beta y Delta. "Parece haber estado escondido durante un año", dijo Sarah Otto, profesora de biología evolutiva de la Universidad de Columbia Británica.
El esfuerzo por explicar dónde y cómo evolucionó silenciosamente Ómicron ha dado lugar a teorías contrapuestas.
La opinión más popular entre los virólogos es que pasó meses mutando en una persona inmunodeprimida con una infección crónica. Otras ideas incluyen la evolución acelerada por el uso de fármacos contra el Covid, y el cruce con una especie animal que luego saltó de nuevo a los humanos.
Dado que Sudáfrica ha enfrentado la primera ola de infecciones por Ómicron, es probable que la variante tenga sus raíces en algún lugar de la región, dijo Richard Lessells, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de KwaZulu-Natal en Durban.
Un equipo de investigación sudafricano, del que formaba parte Lessells, descubrió a fines del año pasado a un paciente con VIH no tratado que estuvo infectado con Covid-19 durante más de seis meses y que dio lugar a una serie de mutaciones que afectaron a la proteína de la espiga, la parte del virus donde se encuentran la mayoría de las adaptaciones de Ómicron. Un estudio del Reino Unido observó un proceso similar en un paciente de Covid con cáncer de sangre.
La respuesta inmunitaria de un paciente con VIH no tratado sería "demasiado débil para eliminar el virus, pero lo suficientemente fuerte como para impulsar el proceso de evolución", explicó Lessells. Dijo que este proceso permitiría que el coronavirus mutara sin ser "detectado", ya que muchos de estos pacientes son asintomáticos y, por tanto, no se someten a las pruebas.
"Es probable que esta vía evolutiva sea rara, pero es una razón plausible para la aparición de Ómicron", dijo Lessells.
Más de la mitad de los 37,7 millones de las personas con VIH del mundo se encuentran en el este y el sur de África. Sólo en Sudáfrica, alrededor de 1,9 millones de personas tienen VIH sin detectar, sin tratar o mal controlado, según UNAIDs, el programa de la ONU sobre el VIH/sida.
Jonathan Li, director del laboratorio especializado en virología de Harvard/Brigham, en Boston, dijo que era "sorprendente" que dos variantes de preocupación -Beta y Ómicron- hubieran surgido en el sur de África, una región con "un gran número de individuos inmunodeprimidos como consecuencia de la infección por el VIH".
"La colisión de un elevado número de casos, la escasa disponibilidad de vacunas y décadas de crisis del VIH significa que la posibilidad de que los individuos inmunodeprimidos sean portadores de Covid desde hace tiempo es muy alta", dijo Otto. "Es importante reconocer que muchas de estas crisis sanitarias no son independientes unas de otras".
Otra teoría sobre cómo surgió Ómicron en el sur de África ha sido planteada por William Haseltine, un virólogo que ha especulado que las mutaciones podrían haber sido causadas por la píldora antiviral contra el Covid-19 de MSD/Merck. Señaló que Sudáfrica fue uno de los lugares elegidos para los ensayos clínicos del fármaco molnupiravir, que comenzaron en octubre de 2020.
El fármaco interrumpe la capacidad de replicación del virus provocando una explosión de errores que impide su propagación cuando las mutaciones alcanzan un determinado nivel.
Los organismos reguladores del Reino Unido y la Unión Europea (UE) ya han autorizado el molnupiravir para uso de emergencia, pero algunos científicos, entre ellos Haseltine, han advertido de que sus propiedades mutagénicas podrían, en determinadas circunstancias, crear variantes más peligrosas. Estas preocupaciones también fueron planteadas por expertos externos en una reunión de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos hace dos semanas.
"Se trata de un virus muy mutado y ese es el tipo de patrones que se ven con el molnupiravir", le dijo Haseltine al Financial Times. "Y el momento es el adecuado. No digo que haya ocurrido, pero podría haber ocurrido".
MSD/Merck le dijo al FT que la "acusación infundada de Haseltine no tiene base científica ni mérito".
"No hay pruebas que indiquen que ningún agente antiviral haya contribuido a la aparición de variantes circulantes", dijo una vocera de MSD/Merck.
A medida que se secuencian más genomas en todo el mundo, los investigadores empiezan a reconstruir los orígenes de Ómicron. Cada genoma procedente de zonas con una cobertura de vigilancia genómica limitada ayuda a comprender las "ramas que faltan" del árbol filogenético de Ómicron, dijo Lessells. Desde el 22 de noviembre se han subido más de 1300 secuencias de Ómicron a Gisaid, un repositorio genómico mundial.
La secuenciación reciente ha demostrado que la idea de que Ómicron se extendiera sin ser detectado durante algún tiempo en una zona no muestreada por las pruebas genómicas es "cada vez más inverosímil", según Stuart Ray, profesor de medicina de la Universidad Johns Hopkins.
"A medida que obtenemos más datos de secuenciación, está claro que los genomas están muy agrupados", explicó Ray. "Habría más diversidad si se hubiera propagado sin ser detectada".
La teoría de que la mutación surgió en los animales antes de pasar a los humanos "no es completamente inverosímil, pero hay muy pocas razones para creer que eso haya sucedido", añadió Ray. "Cuando se observa el paso de los virus humanos en los animales, éstos acumulan mutaciones que se adaptan a ese huésped, no a los humanos".
De vuelta a Sudáfrica, médicos y científicos subrayaron que, independientemente de cómo surgió Ómicron, las naciones occidentales más ricas deberían aprender las lecciones de su evolución.
"Nunca encontraremos al paciente cero", dijo el profesor Ian Sanne, director de la unidad de investigación del VIH en la Universidad de Witwatersrand. "Pero debemos evitar que la historia se repita".
"Para que la pandemia termine, tenemos que... abordar todas las regiones del mundo al mismo tiempo. Me preocupa que África pueda ser la última en recibir una vacuna específica para Ómicron, si es necesario".
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