Tras la exposición de la querella y la Fiscalía, ocurrida el día viernes y mediante la cual se pidió entre 22 y 25 años de cárcel para el único acusado por el crimen de Adrián Garelli, hoy llegó el turno de la defensa del imputado, que permanece detenido desde el mismo día del hecho.
El defensor Gustavo Ariznabarreta, sostuvo que “se representó una idea errada” de la respuesta a la agresión inicial, agregando que “no hay dolo homicida acreditado”. En ese sentido apelo al artículo 35 del Código Penal en el posible exceso a la legítima defensa.
En el caso de aplicarse la figura de “homicidio simple” cuestionó el pedido de penas de las acusaciones (22 y 33 años), pidiendo al tribunal que en caso de condenar por esa figura se aplique una pena del mínimo legal, o sea 8 años.
“En cuanto a la pena que correspondería si se lo considerase autor de las hipótesis de la defensa, voy solicitar la pena del mínimo establecida por el Código”, indicó Ariznabarreta.
En referencia a la tentativa de homicidio a Cesar Samuel Pereyra sostuvo el sobreseimiento en relación a que hizo 4 disparos iniciales que no dieron en su humanidad, siendo un tirador experto.
En relación al agravante del uso de arma de fuego aseguró que no hubo nunca uso del arma en tenor amenazante directamente a la víctima Adrián Garelli. En cambio, se amparó en que se encuentran atenuantes: “Las circunstancias objetivas verificadas en el marco de la pelea, pueden importar una realidad que altera el aspecto cognitivo por el cual el imputado ha adquirido la noción de realidad: la alcoholización, el marco de exaltación previo, el miedo generado por la situación, es propio de cualquier persona que los puede atravesar”, resguardó el defensor.
Finalmente, el día viernes a partir de las 10 de la mañana se espera el reinicio del proceso, esta vez para escuchar las últimas palabras del acusado y luego conocer el veredicto final del Tribunal para este crimen.
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