Ángel Gallo es un hombre que se encuentra buscando hace varios meses a un excombatiente correntino para devolverle una boina que estuvo más de cuarenta años en su familia y se convirtió en un tesoro que busca regresar a su lugar de origen.
Cuatro décadas después de la Guerra de Malvinas, todavía se siguen conociendo historias de excombatientes y de ciudadanos argentinos que buscan rendirles homenaje.
El ciudadano se contactó con medios nacionales para contar que tiene la gorra del Sargento Ayudante el correntino A. Vallejos y que está tratando de localizarlo para devolvérsela.
El excombatiente A. Vallejos se la regaló a su padre en agradecimiento por un favor que le hizo. “Estuvo guardada en el placard de mi papá y ahora yo quiero dársela en mano para cerrar una historia”, menciona Ángel.
Esta reliquia la heredó de su padre Carlos Alberto que falleció en 2001, explica Gallo.
Durante 40 años esa boina estuvo en el placard de este hombre que no permitió que nadie la tocara. Ahora, su hijo la encontró y empezó la búsqueda de Vallejos. “Empecé a buscarlo hace unos meses porque considero que la boina tiene que estar en sus manos para cerrar una historia. Sería un honor para mí por dársela”, dijo el hombre.
La prenda llegó a la vida de Carlos Alberto en 1983. El hombre trabajaba en la boletería de la estación de trenes de José C. Paz. El azar o el destino quisieron que se cruzara con el Sargento Ayudante Vallejos que se la regaló en agradecimiento porque le consiguió un pasaje a la provincia de Corrientes.
“Mi mamá se acuerda que mi papá llegó un día con un sobre que adentro tenía una boina verde con una escarapela argentina. Le contó quién se la había regalado y nunca más volvió a verlo. La guardó en el placard y no permitió que ninguno de sus hijos la tocara. Ese era su tesoro. Hace unos años nos mudamos a San Luis y la boina nos acompañó. Mi papá murió en 2001 y como conocíamos la historia y lo importante que era para él la seguimos guardando”, detalló Ángel.
El excombatiente le entregó a Carlos Alberto lo que marcó su vida a fuego. Se desprendió de un tesoro que representa el honor y la sangre derramada en la guerra. Por eso, Ángel quiere que esta historia se cierre y la boina esté en manos de Vallejos o su familia.
En el sobre que está escrito de puño y letra dice: “Sargento Ayu. A. Vallejos. Corrientes”.
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