El gobierno de Alberto Fernández elevó una nota de queja ante el Reino Unido por lo que entienden que son nuevas maniobras que profundizan la militarización de las islas Malvinas. En este caso, a través del refuerzo de las tropas británicas instaladas en el archipiélago con la presencia de un contingente especial. Desde la Rosada mantienen una política de cuestionamientos a toda acción unilateral que vaya en contra de las resoluciones de Naciones Unidas.
Acorde a la misiva enviada desde la Cancillería a la embajada británica, el Gobierno cuestionó que Reino Unido introdujera nuevos actores militares en una "injustificada demostración de fuerza". El reclamo apuntaba a la intención de Londres de sumar nuevos miembros de la Fuerza de Seguridad de Kosovo (KBS) en las Islas Malvinas.
"Con relación a los anuncios publicados en los medios respecto a que la pretendida asamblea de Kosovo habría decidido enviar a las Islas Malvinas hasta siete miembros de las Fuerzas de Seguridad (KBS) de Kosovo en una operación de apoyo a la paz de conformidad con un acuerdo suscripto con el Reino Unido sobre la incorporación de personal de las KBS en el ejército de infantería británico en Malvinas", afirma el comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
El reclamo fue hecho el pasado martes por el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, y el subsecretario de Política Exterior, Claudo Rozencwaig, y tuvo como destinataria a la embajadora del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en Buenos Aires, Kirsty Hayes.
Tras la presentación formal de la nota, ambos funcionarios sostuvieron que la iniciativa llevada adelante por el Reino Unido "constituye una injustificada demostración de fuerza y un deliberado apartamiento de los llamamientos de numerosas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y de otros foros internacionales que instan tanto a la Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones".
Carmona y Rozencwaig mencionaron que la presencia militar se contrapone a la voluntad argentina de resolver la disputa por la soberanía de las islas por medios pacíficos, y apelaron a la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que "insta a ambas partes a que se abstengan de adoptar decisiones unilaterales que entrañen la introducción de modificaciones en la situación mientras las Islas que están atravesando el proceso de negociación recomendado por la misma Asamblea".
Desde Cancillería señalaron también que contraviene la resolución 41/11 de la Asamblea General que "exhorta a los Estados de todas las demás regiones, en especial a los Estados militarmente importantes, a que respeten escrupulosamente la región del Atlántico Sur como una zona de paz y cooperación, en particular mediante la reducción y eventual eliminación de su presencia militar en esta región".
Por último, los funcionarios que responden al canciller, Santiago Cafiero, reafirmaron la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, y reiteraron la disposición del Gobierno de reanudar las negociaciones para resolver de forma pacífica la disputa
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