Profesionales de distintas áreas, entre los que destacan antropólogos, arqueólogos, historiadores y militares integran el equipo de la antropóloga social e investigadora del Conicet, Rosana Guber, que encabeza el proyecto interdisciplinario denominado “Los rostros y la sabia de la Guerra de Malvinas”.
Durante la semana del 11 al 18 de noviembre un equipo integrado por Juan Leoni, Diana Tamburini, Alejandra Raies, Sebastián Ávila, Luis Coll y Carlos Landa, viajaron a las Islas Malvinas, acompañados por tres veteranos argentinos, Gustavo Pedemonte, Héctor Tessey y Raúl Castañeda, con el fin de analizar el territorio, realizar un trabajo de mapeo, estudiar cuestiones de mando y logística, y obtener, de esa forma, una visión optimizada desde el plano arqueológico.
Los ejes de la investigación fueron dos combates de los más influyentes en el desarrollo de la guerra, se trata del que se llevó adelante en el Monte Longdon, donde permanecieron cuatro días, y el del Monte Tumbledown, el que visitaron durante dos jornadas. Este último tradujo el último bastión de la resistencia argentina, encabezada por el Batallón de Infantería de Marina (BIM) 5.
“Se abordó la guerra terrestre y de los participantes de ella desde una perspectiva amplia que es la organización social de las fuerzas que combatieron. Dos combates en particular, el del Monte Longdon y el del Monte Tumbledown, que fueron los más reñidos dentro de las batallas”, contó al Suplemento Universidad de Página/12 Juan Bautista Leoni, que representa como docente a la Universidad Nacional de Rosario, junto a Diana Tamburini, otra de las integrantes del equipo de investigación.
Leoni aseguró que el trabajo en las Islas redobló los sentimientos de “admiración y respeto” hacia los veteranos, ya que vivenciaron de primera mano las condiciones en las que “pusieron el cuerpo” en los combates.
“El clima es muy difícil, riguroso. En un mismo día había lluvia, nieve, aguanieve, con mucho viento que es propio de la zona. Nos permitió analizar lo que vivieron los veteranos que estuvieron dos meses en esas condiciones. Realmente con un veterano al lado decir que teníamos frío nos daba vergüenza”, confesó.
Respecto a la experiencia, a la cual calificó como “movilizadora”, explicó que obtuvieron buenos resultados, más allá de las limitaciones administrativas. “El aspecto arqueológico en el que llevamos adelante nuestra tarea es en un sentido amplio porque lo que hicimos no es invasivo. No pudimos hacer arqueología clásica en el sentido de escavar y recoger objetos. Lo que hicimos fue un mapeo sistemático de los dos cerros, que sirve para ver todos los restos de la guerra del 82, fundamentalmente posiciones defensivas, armas o cualquier otro tipo de vestigio”, resaltó a este medio.
Y agregó: “Estuvimos limitados por una cuestión de que las autoridades no ven con simpatía la presencia argentina y mucho menos si estábamos haciendo pozos. Lo que logramos hacer fue registrar con GPS los lugares que mostraban construcción de posiciones defensivas argentinas, cráteres de explosiones o monumentos que se dejaron posteriormente”
Por otra parte, valoró el aporte de los veteranos presentes en el lugar, ya que reconoció que aportaron otra perspectiva a la investigación. “Que nos acompañaran nos ayudó mucho porque a nosotros como arqueólogos hay cosas que se nos pasaban. Fue muy emocionante, nos contaron su experiencia, revivieron los recorridos que realizaron en combate. Fue interesante y productivo”, enfatizó.
En el plano simbólico, Leoni insistió en que “es positivo mantener siempre a Malvinas en la memoria”, en tanto sostuvo que “es necesario que se amplíe” la experiencia en torno a lo que fue la guerra de 1982 que enfrentó a Argentina con Gran Bretaña.
“Nos vamos satisfechos. Estar acompañados por veteranos nos transmite una empatía que es directa. Es otra dimensión de la experiencia. Esto ayuda a mantener la causa y la reivindicación de Malvinas y de la gente que participó y puso el cuerpo”, sentenció.
La investigación se llevó adelante gracias al acompañamiento de la Agencia Nacional de Promoción, el desarrollo tecnológico y la innovación, a través del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONICYT)).
Participaron investigadores del Conicet, profesionales de la Universidad Nacional del San Martín, Universidad Nacional de Lujan, Universidad Nacional de Rosario y Universidad de la Defensa.
Compartinos tu opinión