Aunque ya se hayan logrado enviar sondas a Marte, aún quedan muchos lugares inexplorados en nuestro planeta: regiones muy remotas de acceso imposible, profundidades para las cuales los pulmones humanos no están preparados… en algunos casos, las temperaturas extremas no permiten que ninguna persona pueda estar demasiado tiempo en ese lugar, como sucede por ejemplo en la Antártida.
Con el objetivo de permitir ampliar la investigación que científicos argentinos llevan adelante en el continente blanco, la empresa china Dahua donó cámaras de videovigilancia a 13 bases permanentes y no permanentes de la región antártica argentina, que fueron instaladas por la empresa Mirich Seguridad Electrónica.
Se trata de un proyecto de colaboración entre el gobierno chino y el Ministerio de Defensa argentino, gracias al cual se podrá “investigar mejor la fauna y la flora, así como la meteorología del lugar. También les permitirá a los científicos e investigadores que trabajan allí por largas temporadas tener un mayor acercamiento con sus seres queridos”, explica José Varas, de Dahua.
Uno de los proyectos para el cual se usarán las cámaras es el análisis del comportamiento de algunos animales, como las colonias del pingüino Emperador, por ejemplo. Además, se colocaron cámaras que permiten visualizar la corta pista de aterrizaje para poder avisar si hay alguna dificultad que pueda complicar o impedir la llegada de un avión.
Pero las cámaras no solo van a mostrar imágenes, sino que además generarán información valiosa para los científicos: “Somos una empresa de tecnología y tenemos un área de desarrollo de software, donde diseñamos algoritmos de IA aplicados sobre la cámara que generan metadata, información que después puede obedecer a diferentes investigaciones”, indica al mencionar algunas de las cámaras donadas.
Las cámaras donadas son capaces de registrar lo que pasa durante las 24 horas hasta 7 kilómetros de distancia. Cuentan con un zoom de hasta 65X y pueden capturar imágenes de hasta 8 MP de resolución. Varias de las cámaras son del modelo PTZ, que pueden ser giradas en forma remota para abarcar más terreno, tanto de día como de noche. Además, cuentan con lentes duales: uno óptico y otro térmico. El óptico está destinado para la visualización en condiciones normales diurnas, donde muestra con nitidez todo lo que ocurre durante las horas de sol, mientras que el térmico permite captar la actividad nocturna al tomar el calor de diferentes objetos.
“Los equipos de Dahua tienen rangos de temperatura muy amplios, que van desde los 45 bajo cero a los 70 grados. Hicimos una selección de equipamiento con ciertos algoritmos que necesitábamos para soportar las bajas temperaturas de la Antártida”, aclara Varas.
Los modelos que fueron testeados en laboratorios a temperaturas similares que las que se encuentran en la Antártida, que pueden llegar a los 45 grados bajo cero. A la hora de transmitir los datos, varias cámaras cuentan con cables de cobre reforzados, con la máxima protección posible, similar al que tienen los cables submarinos. Allí, el único “enemigo natural” que tienen son los tiburones, que muchas veces suelen morder los cables. En la Antártida, en cambio, no hay animales que puedan hacer lo mismo. Otras se conectan por radioenlace, lo que permite que puedan conectarse hasta unos 100 kilómetros de distancia del centro de comando, sin obstrucciones en línea de vista entre las cámaras y los centros de comand"
“Una parte difícil del proyecto fue conseguir las cámaras específicas que puedan hacer frente a las bajas temperaturas y condiciones climáticas. Luego de las pruebas de laboratorio se hizo además un testeo previo en Río Gallegos, con temperaturas no tan extremas, de hasta 10 grados bajo cero, que sirvieron para garantizar la fiabilidad de los equipos. Luego se llevaron ensamblados hacia la Antártida”, aclara Varas.
o.o.
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