Así lo calculó César Litvin, socio del estudio Lisicki, Litvin & Asoc., al afirmar que los trabajadores con salarios superiores a $431.988, que no tendrán ningún beneficio, trabajarán 2 meses para la AFIP, sólo para pagar Impuesto a las Ganancias.

Pero a Ganancias hay que sumarle el IVA, el Impuesto sobre los Ingresos Brutos provincial y las tasas municipales que cercenan su sueldo en sus consumos, agregó Litvin.

Un mecanismo de mejora que discrimina

Esto ocurre, indicó Litvin, porque la suba de la deducción especial incrementada, que le permitirá al ministro Massa beneficiar en el Impuesto a las Ganancias a 380.000 trabajadores con salarios hasta $330,000, no modifica el mínimo no imponible, fijo desde enero pasado. Tampoco las escalas del tributo.

Y, además, consideró, para los que tienen una suba progresiva del Impuesto a las Ganancias, entre $330.000 y $431.988 de salario mensual bruto, el beneficio va a ser muy pequeño, porque están en las escalas más altas.Los salarios más altos sufrirán una retención mensual de Impuesto a las Ganancias de $76.000, según calculó Ariel Bassanetti, gerente de Payroll Latam Gestión Compartida, y explicó que, para una diferencia de sueldo bruto de $102.500, la diferencia de bolsillo será de sólo $8.289.

Por otra parte, afirmó Litvin, si un trabajador que tiene un sueldo por debajo del piso no gravado realiza horas extras o recibe un ascenso, le llega al bolsillo bastante menos que antes de tener más trabajo o mayores responsabilidades.

Los autónomos también siguen "ninguneados", subrayó, ya que con ingresos de $330.000 mensuales un autónomo pagará por año $791.000 de Impuesto a las Ganancias, mientras que el asalariado no tributa. "Esto afecta la igualdad ante la ley y exige una solución urgente", acotó.

El nuevo umbral de $330.000 representa un ajuste sobre el valor anterior ($280.792) de sólo un 18%, mientras que la inflación del período junio a noviembre por IPC sería de aproximadamente un 38%, consideró Félix Rolando, socio de Andersen Argentina, y calculó que, si lo que se busca es mantener el poder adquisitivo del salario, debería disponerse un monto de umbral de alrededor de $338.500.

Por otra parte, al omitirse la actualización de los montos que corresponden a la escala de las alícuotas progresivas, el ajuste resulta parcial, dado que los trabajadores que no se encuentren favorecidos por la aplicación de los nuevos montos de deducciones especiales, aplicarán la escala sin ningún tipo de actualización, lo que los llevará a la imposición de una alícuota mayor a la que correspondería de haberse ponderado los valores en forma homogénea, remató.

En qué casos se pasa a ganar menos de bolsillo

Bassanetti también sostuvo que en junio se reinició del promedio de remuneraciones y, por consiguiente, se dio una diferencia negativa en el sueldo de bolsillo entre los trabajadores que no tributan Ganancias (remuneraciones menores a $ 280.792) y los que no tienen beneficio alguno (superiores a $ 324.182), ya que el impuesto deja un sueldo de bolsillo menor para estos últimos.

En noviembre, cuando se reinicie nuevamente el promedio de las remuneraciones, sin actualizar las escalas, vamos a tener una carga impositiva alta para los sueldos que quedan alcanzados por el impuesto sin beneficio, ya que para esos casos tendremos la alícuota máxima del impuesto, recalcó.

Tal vez por este motivo, en esta oportunidad se estira la escala para todos aquellos alcanzados parcialmente por este beneficio en comparación con las actualizaciones anteriores, afirmó.

En este caso, hay una diferencia de $101.988 de salario bruto, y si la comparamos con las anteriores que rondaban los $45.000, claramente se intentó eludir el impacto negativo de junio de este año, donde el sueldo bolsillo se vio disminuido ante una mayor remuneración, consideró.