La Secretaría de Comercio presentará el nuevo Precios Cuidados el próximo martes, después del fin de semana largo y el primer día hábil posterior al vencimiento del acuerdo vigente. En momentos en que los precios de los alimentos aceleran, las grandes empresas de alimentos y productos de consumo masivo intercambian propuestas con la dependencia que dirige Matías Tombolini para armar un programa de unos 600 productos y con primeras marcas.
Las negociaciones entraban por estos días en la instancia más ardua, para definir la lista definitiva de productos, los precios de venta en la góndola y la periodicidad de los aumentos permitidos, que sería mensual y en torno al 3 o 4 por ciento, según fuentes del mercado.
Tombolini ya manifestó que quiere que Precios Cuidados vuelva a su esquema "modelo 2014": una canasta más acotada pero representativa. Las primeras marcas que el secretario de Comercio reclama son, también, las que representan una mayor participación en las facturaciones de las grandes empresas. Los resultados de la puja se conocerán este martes.
RECLAMO DE CFK Y DESPUÉS
El miércoles, luego de conocidos los datos de pobreza e indigencia, la vicepresidenta Cristina Fernández hizo la primera crítica pública a la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía y se focalizó en la relación con la industria alimenticia, que coordina Comercio.
"Está más que claro que estamos ante un fenómeno de inflación por oferta y no por demanda. Las empresas alimentarias han aumentado muy fuerte sus márgenes de rentabilidad", tuiteó. "El ministerio de Economía ha trabajado duro en todas las áreas de su competencia, pero es necesaria una política de intervención más precisa y efectiva en el sector", agregó, para luego reclamar por el bono que refuerce ingresos en los sectores alcanzados por la indigencia.
Sin embargo, la gestión de Tombolini no varió su política para con la industria. Dos grandes alimenticias indicaron que no recibieron ningún lineamiento sobre precios, más allá de las gestiones por la nueva versión de Precios Cuidados. Después de los tuits, el funcionario pidió a supermercados y almaceneros las listas de precios que enviaron la decena de grandes proveedores en el último mes. El funcionario rechaza controles o congelamientos y solo dijo que publicará de forma quincenal las principales variaciones registradas en supermercados, que informan a diario sus valores en góndola en Precios Claros, un programa que ideó el gobierno de Mauricio Macri.
El secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, sostuvo ese miércoles, en el Congreso, que los márgenes empresarios están excepcionalmente altos y deben volver a niveles de hace cuatro o cinco años. Luego aclaró, vía Twitter, que considera que eso se debe a los desequilibrios macroeconómicos (responsabilidad del Estado) y no a las empresas.
TELÉFONO ROJO
Los supermercados mantienen una suerte de "teléfono rojo" para llamar a Comercio ante alguna suba que se considere desmedida, pero con una pauta de inflación de entre 7 y 8% mensual para los alimentos, las grandes cadenas ya aceptan esa dinámica en las listas que envían sus proveedores. Las alimenticias (y los distribuidores que intermedian) canalizan aumentos mayores en comercios minoristas, donde el control estatal es de escaso a nulo.
Sin embargo, fuentes del sector privado coinciden en que Tombolini intercede menos que sus antecesores en la formación de los precios. Los supermercados siguen quejándose ante los aumentos que consideran elevados, pero reciben como sugerencia que rechacen la lista, sin intermediación de Comercio con los fabricantes para que modere los incrementos.
Según la consultora LCG, la inflación de alimentos y bebidas fue del 8% promedio en las cuatro semanas de septiembre y del 7,8% punta a punta. Cuatro categorías arrojaron subas por encima de ese promedio: verduras (12,3%), lácteos y huevos (10,5%), azúcar, miel y cacao (9,7%) y carnes (8%). Aceites, estuvo ahí nomás, con un 7,8%.
El Indec midió que Alimentos y Bebidas aumentó 7% en agosto, a la par del Índice de Precios al Consumidor (IPC). En los cinco meses previos, subió menos que el IPC. Pero en febrero -mes del "efecto guerra", casi lo duplicó.
"Difícilmente Massa pueda mostrar una desaceleración de la tasa de inflación y una recuperación de los salarios reales", planteó LCG. "La única medida anti inflacionaria ahora parece ser la de cumplir con la meta de emisión impuesta por el FMI", añadió.
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